Pedro Carreño

La Ínsula

Pedro Carreño


San Miguel….

26/09/2023

….Y su veranillo. Ahí es dónde nos sitúa hoy el calendario. En el canto del cisne del verano que nos despide del calor, y llama a las puertas de los rigores que el invierno nos reserva por estos lares. El santo nos permite en estas jornadas disfrutar de estos días pegajosos con olor a vendimia, y una hora más de luz de propina.
San Míguel deja otras huellas en el calendario. El próximo viernes -su festividad-, es el Cristo de Urda. Peregrinación obligada a este bello pueblo toledano que, en pocos días, se convertirá en el centro de rezos y plegarias para muchos castellanomanchegos. En su orgullo y blasón de fe, Urda, el día 29, es el corazón no sólo de la comarca. También de la región. De Urda, además, son los amigos.
El arcángel también nos dice que septiembre está a punto de decirnos «ahí te quedas, que yo me voy». Para algunos, el mes ha sepultado las buenas intenciones de contrición de sus primeros días. Es decir, el propósito de ir al gimnasio de forma continua, acudir con asiduidad a la academia de inglés, asistir a las clases de pintura o de yoga, eliminar la cervecita después del trabajo, dedicar una hora diaria al montaje de la maqueta del Juan Sebastián El Cano, etc, etc. En definitiva, todas las buenas y sanas intenciones que el personal se monta al arrancar septiembre. Muchas de ellas arrasadas por la DANA que tan duramente se cebó con la provincia de Toledo a mitad de mes. Septiembre trajo  estos propósitos y septiembre se los lleva.
(No obstante, vaya desde aquí el reconocimiento público a todos aquellos que a fecha de hoy continúan con tan nobles y sanas actividades extralaborales).
La espada de San Míguel también ha dejado varias cicatrices este mes. Pero en el bolsillo. Era desenvainada con honor cada vez que acudíamos a la gasolinera, y nos enfrentábamos a la manguera del enemigo surtidor. Como una fiebre tropical, el precio del carburante ha estado, y está, por los cielos -nunca mejor dicho-. Ni con la espada del santo, ni con la de todos los arcángeles, querubines y serafines juntos, se ha conseguido bajar el precio del carburante. Esta batalla celestial parece perdida.
El otro gran campo de batalla por el que ha transitado este mes, está en los lineales de venta de aceite de oliva. De septiembre del año pasado a este, el litro se ha elevado más de un cincuenta por ciento. O sea, que también está por los cielos. A todo esto, y para más inri, ese precio se paga en uno de los países con mayor producción de aceite de la Tierra. Y los que han tenido que 'acoquinar' la vuelta al cole, se han tenido que rascar el bolsillo más que nunca en mes que dice 'bye.
Pero no pasa nada. Lo importante es hablar de los pinganillos, que como va se van a vender más en las próximas semanas (en el Congreso, se entiende), sufrirán un encarecimiento. Así se habla menos de otras 'cositas' que apenas tienen importancia. Amnesia, anestesia y amnistía sobre ellas.
Agur, adiós, adeu, adeus, septiembre.

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