Miguel Ángel Collado

Alma Mater

Miguel Ángel Collado


El yuan digital, pieza relevante en el tablero geoestratégico

26/04/2021

La criptomoneda, como medio digital de intercambio, no constituye solamente un elemento de profunda transformación del sistema financiero, sino que tiene una potencialidad disruptiva global.
La más conocida es el Bitcoin que responde a un modelo de moneda digital descentralizada y cuyo protocolo es transparente y público constituyendo, por tanto, un medio fuera del control de entidades o poderes financieros centrales.
El Bitcoin, cuyo origen se remonta a 2008 cuando un desconocido individuo, Satoshi Nakamoto, presenta ‘Bitcoin: A Peer-to-Peer Electronic Cash System’, ha supuesto no solamente el inicio de un nuevo modelo financiero basado en las criptomonedas sino también sienta las bases para una transformación del propio modelo social en cuanto supone el desplazamiento de los entes financieros centrales. Por ello, el nacimiento de Bitcoin y otras criptomonedas como Namecoin, Litecoin…ha abierto el debate sobre el futuro del sistema financiero y ha impulsado que muchos Bancos Centrales de todo el mundo se hayan planteado la creación de monedas digitales, las Central Bank Digital Currencies. En este sentido, son relevantes los avances China en esta competición a la que también, aunque ciertamente con connotaciones diferentes, se quieren sumar grandes corporaciones como Facebook que, tras los problemas que generó su proyecto de Libra parece respaldar el lanzamiento para finales de año de Diem, una stablecoin vinculada al dólar.
En efecto, la criptomoneda china está muy avanzada habiendo realizado su Banco Central ensayos en varias regiones del país, que continuarán en los próximos meses, para mejorar su funcionamiento, de forma que se pueda utilizar de forma generalizada en los Juegos Olímpicos de invierno de 2022, que servirían también de escaparate mundial de la tecnología china en este campo.
La idea del gobierno de crear el E- Renminbi o E-Yuan se remonta, al menos, a 2014 y hay factores que, por un lado, pueden contribuir a su éxito y, por otro lado, ponen de manifiesto la trascendencia en todos los ámbitos, personales, financieros, geopolíticos, etc. de esta iniciativa.
A favor del desarrollo exitoso del yuan digital juega, sin duda, el uso masivo del pago digital por parte de la población china para todo tipo de transacciones. Además, como el e-yuan se insertará en las grandes plataformas tecnológicas de uso común y generalizado como Alipay y Wechatpay los ciudadanos no notarán inicialmente el proceso que se avecina, aunque posteriormente habrá una cartera digital del Estado.
Aquí está una de las grandes claves desde el punto de vista de los ciudadanos y del sistema financiero. El gobierno tendrá plena información y puede ejercer el pleno control sobre los flujos de capital y las transacciones. Es un cambio de paradigma sobre el fundamento en el que se apoya el modelo Bitcoin. Por otra parte, el e-yuan, en la medida en que esté guardado en un monedero digital y no en una cuenta bancaria, dará lugar a transacciones entre dos portafolios digitales sin intervención de bancos ni tarjetas de crédito.
Pero, atendiendo también a la perspectiva internacional, el e-renminbi sería un apoyo fundamental para la internacionalización de la moneda del país asiático, lo que nos sitúa frente a la dimensión geopolítica de la misma.