Alejandro Bermúdez

Con los pies en el suelo

Alejandro Bermúdez


Cinismo e inmoralidad

19/04/2024

Me gustaría equivocarme, pero noto el aire que se respira en España saturado de inmundicia: cinismo, inmoralidad, demagogia y desvergüenza… y desgraciadamente no es solo en el gobierno, aunque es clásico el refrán de que «cuando el prior respinga, ¡qué harán los frailes!» Lo peor de todo es que este comportamiento se basa en el seguidismo, no sé si por ignorancia o indolencia de la sociedad o, aún peor, porque no somos distintos a quienes nos administran. Veamos el elenco:
Resulta que los señores componentes de la Federación de Fútbol dan sus avales, casi unánimes, a quien ha sido vicepresidente de un señor al que han cesado por sus actuaciones escandalosas en lo que a los dineros se refiere. Obviamente, o el vicepresidente es lelo total o era conocedor de los tejemanejes de su presidente. ¡Pues la inmensa mayoría le dan su aval para que ocupe el máximo cargo de la Federación! ¿Ignorantes? No lo creo en ese nivel… Tan clara es la cuestión que, el avalado, ese en quién confía el mundo del fútbol, entra en el juzgado como testigo y sale como investigado. ¿Ha dimitido alguno de estos ejemplos de lo que un hombre no debe ser? Ni uno…
Resulta que el mercado de la vivienda de alquiler se está desplomando en cuanto a la oferta se refiere. No hay quién quiera arrendar su casa. Obviamente esto tiene unas causas claras como el agua de sierra, y todas han sido tejidas por el gobierno. Pues para quitarse el muerto de encima, la responsable o irresponsable de la materia solo se le ocurre hacer pública una reunión con los promotores y dice a bombo y platillo «que ha pedido a los empresarios del sector que pongan en el mercado viviendas dignas y asequibles…» No ha dicho que van a facilitar la promoción de viviendas con medidas tales como dar seguridad a los propietarios ante ocupantes ilegítimos, que van a agilizar los procesos de desahucio en caso de impago o que van a dar tales o cuales ventajas fiscales. Nada de eso… y, si es tan fácil, ¿por qué no las construye el gobierno dignas, baratas y con hilo musical?  Algunos les darían la razón…
Y tenemos al principal promotor de iniquidades de España. No es necesario identificarlo: el que jamás cumple una promesa, el que no tiene límite para comprar su cargo, el que, en definitiva, es, en todo, lo contrario de lo que predica, con un nivel de petulancia que nadie había alcanzado en España hasta que él llegó. Pues este «quijote a lo chusco», como no puede pisar las calles de su propio país sin que lo abucheen, ha cogido como dedicación la supuesta defensa del pueblo palestino. ¡Pobre gente! Pero no lo hace porque le importen un mísero comino los palestinos, sino porque queda bien en esta España. Su bandera ¡cómo no! es propugnar el reconocimiento del estado palestino, que es decir «casas dignas y asequibles». El problema es que solo ser reúne con países que pintan lo que él a nivel internacional: nada en absoluto. Sabe de sobra que en este momento eso no es posible, porque entre otras cosas, un estado necesita un gobierno, unas fronteras, una moneda… Le da igual, su objetivo real nada tiene que ver con los palestinos, sino con el mantenimiento de su cargo…      

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