Miguel Romero

CATHEDRA LIBRE

Miguel Romero


Nadal

18/12/2023

En castellano o gallego este término 'Nadal' significa Navidad o Nacimiento. En el lenguaje coloquial también se suele decir «este abuelo tiene ya muchas navidades».
La verdad es que en estas fechas se suele felicitar a quienes consideras son parte de tu 'familia', sea por amistad, por vinculación de sangre o por afecto genérico, pero sin duda, su mensaje hará que la persona que lo reciba piense en lo afortunado que es tenerte a su lado. Por tanto, la utilización de esas frases de felicitación lo que pretenden es compartir con nuestros seres queridos reflexiones y saludos navideños –al margen de tu devoción religiosa o no-.
Y resulta que Nadal se está poniendo de moda por dos razones en especial. Por un lado, el tema de la ley de Anmistía, en la que la sociedad catalana está inmersa por los intereses de esos partidos nacionalistas catalanes y la permisividad del gobierno central. Casi nadie del resto de España le apetece visitar en estos días navideños, la bella región de Cataluña, por esos motivos en los que la reflexión llega a los límites más insospechados. Y es una verdadera lástima porque esa región española tiene unas virtudes naturales y patrimoniales excepcionales, además de que allí residen desde hace más de cincuenta años muchos paisanos nuestros, sean del lugar de origen que sean: castellanos, aragoneses, andaluces, extremeños, etc.
Por eso, Nadal que en catalán y mallorquín significa Navidad, es una palabra con cierto reflujo despectivo para el español –en estos tiempos que corren- y sin embargo es una palabra, especialmente significativa en los valores más deseados para todo ser humano, si la pronunciamos haciendo referencia a esa persona que define el prototipo de elegancia, respeto, talento, constancia, esfuerzo, disciplina, sentimiento y ejemplo: Rafa Nadal.
Y ahí quedará en ese intento de controversia al que pretendo aludir. Nadal es Navidad en catalán, castellano o gallego cuyo significado es nacimiento para la sociedad cristiana, alegría desbordada porque Dios ha nacido para el creyente; lo es como palabra de la lengua catalana, ahora en entredicho por un sector de la población española, por la aversión a la sociedad independentista y sus artimañas; y curiosamente y como contrapartida, lo es cuando la pronunciamos aplicada a un apellido, potenciando así el valor y la dignidad cuando aludimos a nuestro deportista más universal y más querido. Así es el sentido casual de nuestro lenguaje, sin que con ello, no hagamos más que convertir nuestros juicios –no de valor gratuito- en comentarios para sacar punta donde no la hay.