Miguel Romero

CATHEDRA LIBRE

Miguel Romero


Maquinación

29/04/2024

«Maquinación» significa, maquinar maldades en japonés. Nasty plot, en inglés, y se ha puesto de moda en el sistema informático como ese ataque directo al usuario. Es una derivación de la palabra máquina que tiene fácil definición y no tanto, de interpretación.
Buscando acepciones vemos que es un proyecto o asechanza artificiosa y oculta, dirigida regularmente a mal fin, conspiración, conjuración, confabulación, conjura, complot, trama, intriga, maniobra, manejo, enredo, asechanza o movida.
En estos tiempos donde la envidia y el egoísmo tienen fácil abono, no es nada extraño que las gentes con 'mal fondo' utilicen este término para sus maldades, esas mismas que provocan sufrimiento en el entorno y que intentan manipular para envolver a gente, individual o colectivamente, en su toxicidad.
Los psicólogos, normalmente con alta capacidad de raciocinio (razón, entendimiento, discernimiento, conocimiento, inteligencia, listeza, perspicacia, sagacidad) en base a su adecuada formación, nos expresan en sus cometarios habituales, que es necesario establecer en tu vida –si llegases a ser uno de los afectados- unas líneas rojas para evitar que esa gente pueda seguir hiriendo a sus anchas, o provocando reacciones tóxicas, por el mero hecho de que no les caigas bien o les ocupes parte de su plano. No podemos pretender que «todo el mundo sea bueno», ni tampoco que tu actitud pueda ser la adecuada, pero en tus manos está el seguir manteniendo tu autoestima como base de defensa y fortalecimiento en tus principios, porque así lograrás que te traten de la manera adecuada; eso sí, siempre procurando seguir la línea honesta que te has marcado y que has entendido, por tu educación y valores aprendidos. Todos podemos equivocarnos, porque si no lo hiciéramos, no seríamos seres humanos, pero también debemos ser conscientes de reconocer tal equivocación para modificar o recapacitar ante los errores, y en ello puede y debe estar la clave de esa asertividad proporcional, es decir, tener la habilidad suficiente para expresar sentimientos, opiniones y pensamientos, en el momento oportuno, de la forma adecuada y sin negar ni desconsiderar los derechos de los demás.