En las primaveras, siempre se han dado mejor las ferias y las fiestas, que en otros tiempos como el frío y desapacible invierno, el cambiante y basculante otoño o el tórrido verano, pero que a cada año que pasa, será como dijera un tal Hans Christian Andersen, escritor, que cuando anduvo por las tierras españolas en sus tiempos, allá por los medios del romántico siglo XIX, decía de la nuestra patria, en cuanto al clima que, en España en el año solo había dos estaciones, nueve meses de invierno y tres de infierno. Pues bien, ahora, casi centuria y media después va a ser ese comentario muy acertado, pero algo retocado, es decir, en España en cuanto al clima solo hay ya dos estaciones tres meses de invierno y nueve meses de infierno.
Bueno estimaciones climáticas aparte, en cuanto a lo tocante a los tiempos más festivaleros, feriantes y fiesteros, son los tiempos de la primavera, con una floración espectacular en cualquier rincón del territorio nacional de ferias y fiestas, apoyadas y promocionadas todas ellas, por todos los munícipes gobernantes de esta nuestra tierra, para el regocijo y solaz de todas las vidas humanas, que habitan y transitan por ella. Sin ferias ni fiestas no hay (aparente) alegría en las gentes. Por ello, aunque las fiestas más procaces y fiesteras se den en el otoño, o en el fin del verano, o incluso en el corto invierno, ya se inventaran algo 'pa que' se haga algo en las primaveras. Y si somos algo estrictos en el asunto, salvo las fiestas de la Semana Santa, ya totalmente secularizadas y las otras fiestas dedicadas a cualquier santo, santa, virgen o demás, las fiestas devienen por ejemplo de las ferias anuales de la venta de ganado fundamentalmente como, por ejemplo, el origen de la Feria de Abril de Sevilla, en la que realizaba venta de ganado sobre todo caballerías.
Dicho ello, en este mes de mayo desde hace ya tiempo bianualmente (bi de cada dos) se viene celebrando en la región, una feria muy grande para el sector del vino, que es uno de los elementos fundamentales de la economía de la región. Por ello es bueno decir que, en este caso, está muy bien que haya ferias y fiestas. Pero realmente digo, que tenía que haber más o, mejor dicho, que se debería hacer más promoción al estilo de la feria, durante todo el año, para que así, el vino realmente tuviere el lugar, que se merece tener y que en pura realidad no está. Y esto es así porque en la mayoría de sus responsables en hacer esto de haber puesto al vino en el lugar merecido desde hace ya tres o cuatro décadas, el vino sigue estando donde lleva desde hace esas décadas, fuera del prestigio y merecimiento, frente a otras 'bebidas', que si han hecho los deberes para posicionarse, y realmente sin tanta feria y gastos de un día, porque ese gasto de un día si se repartiera a lo largo del año, seguro que daría mejores resultados, pero los que mandan ya se sabe, a…