Un análisis de 80.000 metros cuadrados

Jaime Galán
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El informe del georradar de Vega Baja establece que puede tratarse de la mayor actuación arqueológica del país. La tecnología empleada ofrece una visión tridimensional del subsuelo para unir sus elementos y hacer interpretaciones

Vista aérea del yacimiento arqueológico de Vega Baja. - Foto: David Pérez

La tecnología está para ayudar al ser humano a avanzar y esta es una clara prueba de ello. El análisis del georradar realizado en el año 2020 y que ve la luz ahora nada tiene que ver con el realizado en el año 2008.  De hecho, la planimetría generada por este método no ha requerido de ningún tipo de afección al terreno, ni siquiera catas arqueológicas, más allá de una limpieza selectiva de escombros para permitir la visualización correcta del subsuelo.

Los trabajos fueron realizados por un equipo multidisciplinar conformado por la fotogrametría aérea de Juan Ángel Ruiz Sabina y Antonio J. Gómez Laguna; el georradar de Gianluca Catanzariti; y la topografía de Paula Noriega. El análisis realizado ha abordado un total de seis parcelas, de las cuales sólo una está dentro del yacimiento arqueológico de Vega Baja que fue nombrado Bien de Interés Cultural (BIC), la 'Parcela 6'. De mode que las numeradas del uno al cuatro pertenecen al Ministerio de Defensa y la 'Parcela 7' pertenece al colegio Virgen del Carmen.

De hecho, aunque este informe se haya publicado ahora a ojos del ciudadano, sus resultados se comunicaron a finales del año 2020 a las autoridades, teniendo como consecuencia directa en el tablero político el cambio de ubicación del futuro cuartel de la Guardia Civil, escogiendo finalmente La Peraleda para su construcción. Y es que la 'Parcela 1' analizada en este informe no es otra que aquella en la que estaban inicialmente proyectadas las dependencias de la Benemérita.

Precisamente, en esta parcela el georradar ha encontrado «un claro avance respecto a la prospección por Resistividad de 2008», según se describe en el informe, pero en su redacción aclara que «los resultados presentados han de considerarse como provisionales y como una hipótesis de trabajo».

Aunque esta primera parcela presenta uno de los análisis más amplios del conjunto de los terrenos, la mayoría de ellas comparten elementos comunes en el desglose de la información. Uno de ellos es que en todas las parcelas no se han podido analizar la superficie al completo por diversos factores, siendo el más común la presencia de escombros difíciles de mover.

Otro elemento a tener en cuenta es que pese a que el georradar permite realizar una interpretación bastante precisa de los restos, muchos de ellos necesitan de un sondeo más preciso sobre el subsuelo para conocer con exactitud la funcionalidad y la cronología de los mismos, aunque hay excepciones. Es el caso de la 'Parcela 6' que, sin exactitud, abre la puerta a una hipótesis por la cual se establece que «no se localizaron evidencias de una ocupación medieval reseñable», pero sí « indicios que situaban en un marco cronológico tardoantiguo los restos localizados».

Otra conclusión que se percibe tras analizar este informe consiste en que la totalidad de los edificios localizados en las parcelas analizadas presentan una orientación similar al Circo Romano, lo que los técnicos consideran que es «una constante» en el urbanismo de  la llanura de la Vega Baja, «salvo en los grandes edificios del Palacio Real, en la zona de San Pedro Verde». 

El análisis de este documento podría ser muy extenso entrando en detalles, por lo que hay que destacar las interpretaciones que permite hacer a lo largo de los 80.000 metros cuadrados analizados, por lo que lo consideran «el mayor trabajo de este tipo asociado a una actuación arqueológica en España», y que se ha hecho público después de que unos toledanos hayan tenido que reivindicar lo propio en el Parlamento Europeo.