Encontraremos el futuro con las puertas abiertas basándonos en la innovación. No ya sólo dedicados a la sostenibilidad, o a la tan de moda, resiliencia. Sino que tendremos una muy buena oportunidad para la supervivencia en un mundo que se nos está poniendo en tonos gris marengo tirando a negro zaíno.
La resiliencia de los diferentes sectores económicos, e incluso sociales, nos empujan a utilizar modernos eufemismos para describir las fortalezas, sobrehumanas, de muchos empresarios, para poder seguir adelante con sus negocios. Muchos de ellos empujados al emprendimiento, bien por convencimiento personal, bien por buscar alternativas ante la carencia de oportunidades de empleo por cuenta ajena. Ahora, todos ellos, abandonados y obligados a una auto liquidación ahogados en impuestos, tasas e ingresos cero.
Las diferentes administraciones han mostrado, en estos difíciles momentos, que la voracidad impositiva es superior al sentido común. Que las leoninas condiciones a las que las instituciones nos tenían acostumbrados podían ser superadas.
Pero no sólo no nos vale con autoflagelarnos con la cruda realidad que nos revienta, además, tenemos que soportar, tristemente, cómo esa clase de ‘nueva política’ que nos venía a alumbrar con ánimos y códigos renovados contra el bipartidismo al que nos veíamos abocados es mucho más zafia que toda la vomitiva corrupción conocida anterior junta.
Sorpresa ha sido, para algunos, que las calendas de la innovación política hayan preferido volver a la cueva del guerracivilismo, ese del que no han querido hablar más que para reescribir a través del adoctrinamiento, la invención y la reescritura de los hechos.
La renovación política no pasa por inventar partidos o reinventar la historia, sino que parte de la necesidad de resolver problemas con recetas nuevas. Probablemente esas recetas no las pueda abanderar alguien anclado en el pasado. La renovatio viene con nuevas soluciones para viejos problemas. Si no es tiempo de extirpaciones traumáticas, unifiquen para planificar, proponer y renovar.
Superar la extinción traumática de Parque Jurásico, de ingrato recuerdo, seria un gran paso.  La renovación parte de la necesidad de un modelo nuevo frente a soluciones vacías y poco edificantes basadas sobre una angular y singular piedra interesada y personalista. Son necesarias nuevas formas de hacer las cosas, sin mochilas ni peligrosas cargas previas. La insaciabilidad recalcitrante no fue buena receta, ni lo será nunca.