En febrero aumenta el índice de confianza del consumidor en 10 puntos. Cae el número de casos por Covid a unos 150 casos por 100.000 habitantes. Todo esto refleja un escenario optimista en el que se demuestra la bondad, o ingenuidad, de los españoles en una situación como la actual en la que nos caen tortas por todos lados y la evolución positiva de la pandemia. La confianza parte de la credibilidad en que la campaña de vacunación permitirá que podamos llegar al verano con unas cifras de inmunidad importantes.

Pero los números son puñeteramente negativos. El 18 de enero había 2.315 personas vacunadas, el 5 de marzo, ya eran 1,34 millones los que estaban vacunados con las dos dosis, esto supone un ritmo de 28.564 personas vacunadas al día. Ha influido en este ritmo, el número de vacunas disponibles. La UE ha comprado a buen precio las dosis, pero no ha sabido amarrar los plazos de entrega, y así nos va. Israel, Chile, Gran Bretaña, nos ganan por goleada. Y en España se une, al problema de suministro, el desmadre de 17 programas distintos y una indefinición absoluta de a quién y cuando se le va a vacunar. Si solo contamos a las personas con más de 80 años y, en el mejor de los casos, el ritmo de vacunación fuera de 30.000 diarios, podrían estar vacunados hacia el 22 de abril. Como los que estamos entre los 70 y los 80 somos cuatro millones, nos vacunarían en 130 días a partir del 24 de abril, así que nos vamos a primeros de septiembre. Y, en caso de seguir al mismo ritmo, como la población de más de 30 años, suponen el 70% de la población, que, según parece generaría la inmunidad de rebaño para impedir la propagación del virus, esto se alcanzaría a finales de enero de 2024. Vamos, que es para estar tranquilos y confiados en que a esta pandemia la vamos a ganar. Y a todo esto, el Gobierno contratando apisonadoras. Tócate los pies.