Un arrollador Ventura triunfa en Illescas

Dominguin
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Cuatro orejas y dos rabos cortó Diego Ventura en una actuación antológica, mientras que Galán obtuvo tres y Lea Vicens una. Triste tarde para Sergio Galán que perdió a su caballo 'Ojeda' y 'Empaque' sufrió una grave cornada en el ruedo.

Cuando uno asiste a un festejo de rejones, ve como a lomos de un caballo se torea, se esquiva y se realiza una lidia más o menos ortodoxa, eso que se dice, como mandan los cánones. Luego existe un genio a caballo de Sevilla con ascendencia lusitana que es capaz de poner una tarde de rejoneo boca arriba. Este caballero se llama Diego Ventura, y está a años luz de todos sus compañeros de escalafón. En Illescas este fin de semana se entretuvo en cortar nada más y nada menos que cuatro orejas y dos rabos, no podía más porque el reglamento en vigor hasta ahí tiene determinado el tope máximo. Pero de ser en otra época la vuelta al ruedo la podía haber dado con las famosas patas que en las décadas de los 50 y 60 eran habituales en las grandes hazañas toreras.

Se fue en el segundo de la tarde enfrente de toriles y con pasmosa tranquilidad esperó que saliera raudo 'Imprudentito'. Sin darse cuenta se vio con caballo y caballero encima que le recetaron un rejón de castigo certero tras el cual Ventura dobló al astado con una pasmosa flexibilidad por parte de 'Campina' que tuvo que bregar con la velocidad del astado de Terrón. Con las banderillas estuvo acertado y ajustado con 'Fabuloso', continuando con su caballo estrella 'Nazarí' que es un prodigio del temple. En manos de Ventura, el centauro se nos aparece y la compenetración de animal y hombre consiguen lo máximo que a lo que se puede aspirar hoy en día en el toreo a caballo. El epílogo lo protagonizó con 'Guadiana', que en el carrusel de cortas levanto a los asistentes de sus asientos. La gente en una algarabía continua vio con cazó sin puntilla al toro de manera espectacular, floreciendo un lienzo de pañuelos blancos de los tendidos acompañados de un estruendo reclamando los trofeos. Tres pañuelos blancos asomaron por el balcón presidencial y las dos orejas y el rabo fueron paseadas por Diego Ventura arropado por un mar de incondicionales.

Antes de recibir al quinto, Diego Ventura con lágrimas en los ojos y emoción a flor de piel se dirigió a Sergio Galán. Ambos se fundieron en un abrazo, un brindis, una dedicación de una faena que no podía paliar el dolor de su compañero conquense que acababa de perder un caballo y otro estaba siendo operado por una tremenda cornada. Por su compañero y por el amor que tiene Ventura por los caballos se fue otra vez frente a toriles, y allí volvió a esperar a su toro, esta vez era 'Hambriento'. A lomos de Guadalquivir lo recibió a portagayola y le clavo un certero rejón, y el astado se puso a embestir a la grupa del caballo con energía y codicia. Fue capaz Ventura de doblegarlo en un escaso terreno, dejando al toro entregado a la sumisión a la que le fue sometida con firmeza. La acometividad del toro de Luis Terrón hizo que la faena tuviese ritmo y emoción. Con 'Velázquez' vimos a un Ventura que es capaz de ir de frente y citar al burel clavando la farpa en el mismo estribo, tras lo cual sacó a 'Lío' que se planta de frente al toro y con más temple que muchos toreros a pie, aguanta a que embista el astado para en un palmo de terreno quebrarle y al poner la banderilla salir por pies mientras que los tendidos enloquecían por su entrega y espectacularidad. Con 'Guadiana' de nuevo puso las cortas en un carrusel de locura culminando al segundo encuentro con la vida del burel que fue bravo hasta para morir. Otra locura colectiva en el graderío que supuso otras dos orejas y rabo concedidas por el usía.

Ventura bordó el toreo a caballo.Ventura bordó el toreo a caballo. - Foto: DominguinAbrió plaza Sergio Galán comenzaba la temporada en Illescas, con aplomo y templanza. Supo llevar siempre al astado pegado a la grupa de sus caballos. Quiso siempre hacer las cosas de frente y por derecho, procurando no pasar en falso y ser certero en los rejones y banderillas. Mató de rejón entero que le supuso las dos primeras orejas del festejo.

Quien le iba a decir a Galán que cuando acabó con las banderillas con 'Ojeda' iba a ser la última vez que se subía a lomos de su fiel compañero con el que debutara allá por 2008 hace 14 años. El equino sufrió un paro cardiaco del que no salió a pesar de los intentos por parte de los veterinarios.

Sin ánimo, con la mente en otro lado y el alma partida, salió a por su segundo toro. La mayoría de la gente no sabía lo ocurrido en los exteriores de la plaza, y no pudo ponerse en la piel del rejoneador que, con los ojos húmedos, salió al ruedo a cumplir con su compromiso. La suerte volvió a dar la espalda a Sergio Galán, pues cuando montaba a 'Embroque', el toro llegó a alcanzarle por detrás, derribando a caballo y caballero e infiriendo una cornada en los blandos al equino. Fue intervenido en la propia plaza de toros, quedando a la espera de la evolución. El taranconero acabó con el toro de Terrón y le cortó otro apéndice que hicieron tres en su cuenta particular.

La rejoneadora francesa Lea Vicens, marró con los aceros en su primero, lo que era una faena de oreja. Tuvo una actuación entonada, con una monta sobria y clásica, acertando en lo alto con las banderillas. Su primer trasteo fue premiado con una ovación.

Al que cerró plaza sí que le cortó un apéndice. Tiró Lea Vicens de repertorio y de una cuadra magnifica que le permite llegar los toros y lograr embroque de altura. Supo conectar con los tendidos en las dos faenas, dejando una grata impresión. Esta vez acertó en lo alto con el rejón de muerte y cuando doblo el astado la presidencia le otorgó una merecida oreja.

Al finalizar el festejo, los tres actuantes abandonaron el ruedo juntos y a pie, como muestra de apoyo y solidaridad de todos los actuantes con el rejoneador Sergio Galán que paso por uno de los peores días de su vida como rejoneador.

Ventura que estuvo sublime y que cortó cuatro orejas y dos rabos, se consolida como el mejor rejoneador del momento. Los aficionados de Illescas lo pudieron ver y disfrutar, pero este año la afición de la Maestranza de Sevilla y de las Ventas madrileñas, no tendrán ese privilegió por no estar acartelado en sus seriales de feria.

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