Juan Ignacio de Mesa

Barrio de Santo Tomé

Juan Ignacio de Mesa


Medio lleno o medio vacío

15/05/2023

Las cifras permiten ver el vaso medio lleno, o medio vacío. Si queremos ver la parte positiva, la foto de los agentes sociales firmando un acuerdo para, entre otras cuestiones, subir los salarios un 10% entre 2023 y 2025 es una gran noticia por lo que implica de compromiso en el acuerdo.
Conocer que las exportaciones han subido un 5,8% en el primer trimestre y que la inversión en bienes de equipo aumenta un 3,8% en el mismo periodo, demuestra la solvencia y capacidad de las empresas españolas para poder competir y crecer. Además, el PIB ha aumentado un 0,5% en el primer trimestre. Todo es positivo y deberíamos estar contentos con ello.
Pero está la otra visión que las cifras nos dan. El consumo familiar baja un 1,3%, y esto es debido a que la renta disponible de las familias sigue cayendo. Comparemos lo sucedido en los últimos años,  bien fuera debido a la pandemia, o a que la inflación no se había manifestado con el rigor de los últimos meses, en el año 2020 la tasa de ahorro de las familias fue de un 17,7%. En 2021, descendió a un 13,8% y en 2022 cayó a un 7,2%. Las alegrías (pocas), que se podían permitir los ciudadanos españoles con el ahorro forzoso al que se vieron obligados por la pandemia, ya no es posible en estos momentos.
Según la OCU, tres de cada cuatro familias españolas viven sin capacidad de ahorrar. Y Eurostat nos indica que la renta per cápita en España ha retrocedido situándose en el 85% respecto a la media del 100% de la Unión Europea. Y debemos valorar lo que de bueno tienen algunas cifras, pero también asumir lo que de malo tienen otras. Y, sobre todo, ver como podemos resolver el problema que para muchas familias supone llegar a final de mes.
Hay que insistir que la renta familiar disponible no solo depende de los aumentos salariales que se puedan pactar, depende y mucho de que descienda el paro y se ingresen más salarios en cada casa, así como de que disminuya la presión fiscal sobre las rentas bajas y medias. De cada 1.000 euros de incremento de coste salarial que pueda tener un puesto de trabajo para la empresa, al trabajador, dependiendo su nivel de renta, puede que no le lleguen más de 600  euros y de estos ha de pagar sus impuestos directos e indirectos. No estaría mal dar una pensada al respecto.