Pilar Gil Adrados

Entre Encinas

Pilar Gil Adrados


Caballos y biodiversidad

11/04/2024

Una mañana de primavera lluviosa y fría que invita, bien acomodada, a contemplar el paisaje tras los cristales. El ventanal sirve de marco a un verde campo de encinas, que se extiende hasta la linde de la blanca Sierra de Gredos, donde un grupo de caballos, yeguas y potros dan buena cuenta, ajenos al agua y al frío, de la fresca y exuberante hierba del pasto que les rodea. Los protagonistas no solo representan una escena bucólica que complace a quien observa, sino que también actúan como actores principales de la conservación y el mantenimiento del ecosistema agrario de la dehesa. 
Es poco frecuente que se tenga en cuenta a los caballos, tanto de producción como silvestres, en las políticas de restauración de la diversidad biológica o para la creación de espacios no antropomorfizados. Quizás porque los domésticos suelen asociarse a animales deportivos y de ocio. Tanto es así que no siempre se considera, a efectos de compromisos agroambientales, ni su contribución a los ecosistemas agrarios ni el valor de su acervo genético. Y puede que sea porque los équidos silvestres son los grandes desconocidos, ya que a los ungulados silvestres que más atención se presta en España, en la conservación y recuperación de ecosistemas naturales y en los espacios protegidos, son cinco especies nativas. Dos cérvidos: el corzo y el ciervo ibérico; un suido: el jabalí y dos bóvidos: la cabra montés y el rebeco meridional. Así como tres especies exóticas: el muflón, el arruí y el gamo, que no por ser exóticas constituyen un riesgo para la diversidad, sino se introducen en ambientes que no estén adaptados a la presión que estos ejercen. 
Ninguna del género Equus, porque prácticamente todas las especies silvestres se han extinguido, a excepción del Equus ferus Przewalskii, del que hay pequeños núcleos en Andalucía, Cáceres y Guadalajara, donde se ha introducido, recientemente, en un proyecto de renaturalización en el Alto Tajo.
Sin embargo, sí están reguladas las explotaciones de équidos que viven en condiciones silvestres localizadas en determinadas áreas, espacios protegidos u otro tipo de áreas naturales como las zonas de montaña. los ecosistemas naturales. Así podemos encontrar en España manadas de Pottokas en el Valle del Jerte, de Cabalos de Pura Raza Galega del Parque Nacional Marítimo Terrestre de Islas Atlánticas y en la Serra da Groba, de Asturcones en el Parque de Picos de Europa o de Cavall Pirinenc Català en el Parque Nacional de Aigüestortes i estany de Sant Maurici
Son animales que aportan heterogeneidad al paisaje, al crear mosaicos de comunidades herbáceas y leñosas conservan pastos y pastizales. Dispersan las semillas, son imprescindibles en el ciclo de nutrientes del suelo y reducen la carga vegetal y, en consecuencia, la posibilidad de incendios. Al diversificar la estructura vegetal, favorecen a otras especies de fauna invertebrada: escarabajos coprófagos, lombrices, dípteros, mariposas, abejas, avispas y estos, a su vez, alimentan a reptiles, anfibios, aves y mamíferos.  Además, como eslabones de la cadena trófica, sirven de sustento a depredadores y aves necrófagas.