Después de acceder al gobierno de varias autonomías y decenas de ayuntamientos (Toledo y Talavera, entre ellos) no respetando a las listas más votadas y echándose en brazos de la extrema derecha, el Partido Popular está abocado ahora a probar su propia medicina. La coalición progresista ha aguantado. El 'sanchismo' no se ha hundido y la trompetería demoscópica y mediática que auguraban la debacle del tándem Sánchez-Díaz terminó la noche electoral desafinando y afónica. Comienza un complejo proceso para desbrozar la ruta hacia La Moncloa y cuando la misma vaya haciéndose visible ya no me leerán cada jueves en estas páginas.
Dejo la columna, sí. El camino iniciado en diciembre de 2012 llega a una encrucijada en la que detenerse. Personas próximas a mí saben que llevo meses meditándolo y Fernando, nuestro director, también lo conocía desde hace tiempo, decidiendo que este paréntesis vacacional era el momento de hacerlo. Agradezco a todas y a todos mis lectores la acogida, comprensión y complicidad que he encontrado en ellos semana tras semana. También cómo no, a mis compañeros de este periódico, por su respeto a mis textos, muchas veces discordantes con la línea editorial de esta empresa y buena parte de quienes aquí opinan.
Escribir una columna con regularidad fija y extensión tasada es un buen ejercicio literario y mental. Han de ser textos directos, precisos en su lenguaje y cuidada redacción, para que todas sus frases engarcen con precisión suiza. Así he procurado hacerlo en las 496 entregas publicadas, aunque sé que no siempre he cubierto tales anhelos, siendo muchas las enviadas al diario llenas de dudas e inseguridades. Las he redactado desde el convencimiento de mis ideas y la esperanza de alentar compromisos con las opciones progresistas que tanto bien han hecho a España a lo largo de su historia y que tanta responsabilidad tienen ahora tras el 23-J. Por eso, amigos lectores, aunque liberado de la disciplina de escribir semanalmente, seguiré estando en estas páginas sin una periodicidad fija, defendiendo aquello en lo que creo cuando se tercie. Así pues, continuaremos encontrándonos por aquí, porque hay muchos derechos que defender y avances sociales que consolidar. ¡Gracias!, de todo corazón. Y sepan que el pasado domingo, yo fui de quienes dormí mucho más tranquilo. La ultraderecha no pasó.