Jorge Jaramillo

Mi media Fanega

Jorge Jaramillo


Va tocando recoger

08/05/2023

La fuerte expansión del almendro en nuestra región y el crecimiento repentino de las nuevas plantaciones estos últimos diez años, se ha traducido hasta el momento, en casi 160.000 hectáreas que, a muy corto plazo, estarán a pleno rendimiento. Ojo en este sentido, al crecimiento de superficie en regadío allí donde hay agua de un 32 por ciento desde 2013 (169.000 ha) a pesar de que la mayor parte del cultivo siga estando en secano en España (587.000 ha).
Castilla -La Mancha es hoy una de las comunidades autónomas con mayor potencial del país, y mejor posicionamiento a la hora de abrirse a nuevos mercados, aunque siempre que priorice y considere como algo urgente organizar su comercialización.
En el caso del cultivo hermano, el pistacho, quizás por el desencanto en los precios de la almendra, y más -este último año- en la ecológica, empieza a recoger el testigo o al menos se aprecia más querencia del agricultor a invertir en él para dar una salida al cereal, vista además la volatilidad de cada campaña o las pérdidas acumuladas ahora por la sequía. Aquí nuestra región lidera el ranking ya que tiene en suelo el 95 por ciento de las 66.000 hectáreas registradas a nivel nacional, ni la mitad de ellas todavía en producción.
Las cooperativas agroalimentarias de la región, que agrupan a la principal base social de agricultores, se han dado cuenta de que no hay tiempo que perder, y de que quizás resulte insuficiente abrir secciones de frutos secos en sus estructuras porque luego hay que venderlos. Y de ahí que recientemente constituyeran una mesa de trabajo para coordinar las acciones comerciales, tal y como se hace desde sus respectivas sectoriales de vino o aceite. Están dispuestas a invertir en estructuras, almacenes, maquinaria y personal especializado para lo que reclaman preferencia en el acceso a las ayudas del Plan de Desarrollo Rural (PDR) declarando al sector como estratégico.
La redacción de un plan para diseñar la hoja de ruta es un buen punto de partida, teniendo en cuenta que, para una gran mayoría de los socios, y por tanto también de consejos rectores y gerentes encargados de darle valor, son producciones poco conocidas que además operan en un mercado muy especulativo dominado por cuatro o cinco grandes multinacionales que dirigen el rumbo de los flujos de importación y exportación, según algunos analistas como Juan Vilar, CEO de la consultora JVC.
La principal asociación española de empresas exportadoras de Almendra, SAB-Almendrave, donde están integradas firmas como Borges, y otras muchas también de nuestra tierra, expusieron el miércoles en Albacete, en su congreso nacional, las oportunidades que se abren ahora en el exterior, y especialmente en China, tras la firma de un acuerdo preferente en Pekin con el que España podrá exportar al gigante asiático hasta 90.000 toneladas de almendra cada año, con un arancel del 10 por ciento, frente al 25 por ciento que pagará California, el estado norteamericano que marca el precio internacional con su exportación a medio mundo, también a España donde vende cada año unas 100.000 toneladas. Una ventaja competitiva, según estas compañías que propusieron en 2018 explorar este marco regulador. 
Avisan que el mercado europeo ya está maduro, por lo que hay que anticiparse al boom productivo que también otras organizaciones agrarias como Coag, visibilizan en un espacio muy corto de tiempo. En tan solo cinco años, aseguran que España tendrá una posición preferente, sobre todo en pistacho, donde superará a países que hasta ahora han dominado la escena comercial internacional como Siria, quedándose muy cerca de otros como Irán, Turquía o Estados Unidos.
Irán, por ejemplo, lleva tiempo buscando tierras en la cuenca del Mediterráneo, y en países como el nuestro, o regiones como Castilla -La Mancha, porque sus árboles se mueren. La bajada del nivel freático en sus suelos ha generado un problema de salinidad muy grave que les obliga a buscar fincas de regadío como las que están localizando en La Mancha. Solo hay que ver en estos últimos años, los movimientos silenciosos de grandes fondos de inversión con nuevas plantaciones que -de la noche a la mañana- emergen donde antes había viñas, algunas de ellas arrancadas de cuajo sin ningún dolor.