Pues llegó el día de las despedidas, la de 'viejos' como Benzema o muchachos como Veiga, la de quienes estuvieron cedidos y regresan, la de quienes todavía no lo saben pero cambiarán de aires y por tanto no se pudieron despedir en condiciones, la de quienes pretenden que el descenso sea un 'hasta pronto', la de árbitros como Mateu o Del Cerro y un puñado más de 'máquinas' en el VAR fulminados el día de autos de Vinícius en Mestalla, la de Joaquín después de igualar el récord de 'Zubi', la de mitos y leyendas particulares de cada club que no salen en las portadas como Asensio o Hazard, pero lloraron con su grada hasta el último instante, la de jugadores que deben ser moneda de cambio para que los clubes sean 'saludables' o, lo que es lo mismo, 'legales' a los ojos de LaLiga. Despedidas, sí, como cada jornada 38. 
Pero, ¿y los que se quedan? No sé si es buena noticia que la propuesta de algunos técnicos se haya quedado en Primera y la de otros haya perdido la categoría... pero a todos los que se quedan, un puñado de peticiones para darles una pensada en verano:jueguen y arriesguen un poco más en la 23/24, que este torneo se nos ha quedado 'chuchurrío' y apesta a habitación cerrada, con demasiadas pérdidas de tiempo y pocos goles, y si queremos mantener cierto estatus necesitamos vender un buen producto y, francamente, uno de cada dos partidos no hay dios que se lo trague. Échenle valor y ganas, que no hay nada más bonito que ver los estadios llenos y, ¿saben?, el fútbol sin emoción ni espectáculo no vende entradas. Y a los árbitros, revisen eso de los penaltis por mano (si hace falta, vuelvan al pasado, cuando todo estaba claro) y por qué hemos tenido un 460 por ciento de expulsiones (138 a 30) más que la Premier. Y dense prisa:agosto está a la vuelta de la esquina.