Jesús Fuentes

ÁNGULOS INVERTIDOS

Jesús Fuentes


La sorprendente exposición de Jesús Romero

02/06/2023

Y digo sorprendente, porque Jesús Romero ha presentado una exposición con sabor de otro tiempo y de otra época. Ha construido un homenaje, con la técnica del arte 'povera', a las vanguardias del siglo XX, que él tanto ama.  Podría ser  un personaje principal en la nostálgica película de Woody Allen, 'Midnight  in París'. Siguiendo la estela de Alberto Sánchez, recuperado recientemente en Toledo, ha mirado a la Naturaleza. Pero a la naturaleza usada, abusada y desgastada. Ha rebuscado, recogido, reciclado y reconstruido diversos momentos – evocaciones alusivas – de autores de las vanguardias que le descubrieron otros mundos más allá de su profesión. El campo, la calle, los objetos desperdiciados, el latón, la madera, el hierro, la escayola, la arpillera,  piedras sobre un fondo blanco resaltados desde unos ribetes negros,  hojas de arboles, semillas, todos materiales desechables, sublimados en una combinación que nos dan pistas  del momento intelectual del autor. La exposición me sorprendió – y se lo dije a él - porque nos retrotrae a las épocas en las que la audacia  se manifestaba en la conjunción retadora de materiales opuestos, quebrando la rigidez de los cuadros tradicionales. Todo le vale a Jesús Romero para presentarnos una realidad en la que pueden aparecer unos Estados Unidos  necesitados de escayolas, un homenaje a Picasso, tras los barrotes que él mismo se creó, o un juego inusitado entre  Klee y Kandinsky.
En la exposición se acumulan los impactos. Una obra te lleva a otra sin apenas respiro. Yo puedo interpretar una cosa, y el espectador a mi lado, la contraria y así, hasta el infinito. La continuidad temática, sin embargo, se obtiene de la reiteración de los materiales empleados y del contexto evocador que inspira la exposición. Si ya se atrevió a escribir un libro sobre las vanguardias, ahora las recrea con algunas de sus técnicas, colores e imágenes, reproducidos  en soportes insólitos y enlucidos con el uso controlado de los acrílicos. Rompe con las exposiciones habituales que nos conducen mecánicamente de un cuadro a otro, de una escultura a otra.  Jesús Romero salta y se exalta.  Nos comunica su ebullición interior.  Al fin y al cabo, el arte no es otra cosa que la manifestación compulsiva de la idiosincrasia del autor.