Pilar Gil Adrados

Entre Encinas

Pilar Gil Adrados


Leyes internacionales y valores universales

01/06/2023

No sería exagerado decir que no hay leyes, por muy internacionales que nos parezcan, que obliguen a todos los países y que los valores universales no dejan de ser un bonito deseo más propio de la utópica comunidad ética kantiana, donde los sujetos sociales son cosmopolitas, por lo que sus fines morales abarcan sin problemas a todo el género humano.
Aunque por distintas razones el sistema mundial siempre está en crisis, lo que quizás sea la prueba de su difícil equilibrio, ahora se atisban mayores complicaciones en el seno de la Organización Mundial de Comercio (OMC) y en Naciones Unidas derivadas del apogeo de la hegemonía frente al multilateralismo del que se predicaba la armonía global.
 Un mundo multipolar, donde la verdad que defiende cada uno solo es la realidad vista desde su posición, requeriría una mínima base común de valores que serían bien útiles para ordenar los asuntos de acuerdo a los intereses del conjunto. No obstante, las posiciones de los distintos países en Naciones Unidas respecto del conflicto abierto tras la invasión de la Federación de Rusia en Urania, revelan que hay más diferencias de las que tradicionalmente señalan los occidentales - democracias frente autocracias- y de las que destacan los no occidentales - desarrollo y riqueza del norte frente al retraso y pobreza del sur.
 De hecho, grandes democracias no occidentales, como India y Sudáfrica, no han respaldado las posiciones occidentales sobre Ucrania y Brasil, aunque se ofrece a mediar con Rusia para lograr la paz, responsabiliza a los miembros de la OTAN del avance de la guerra por armar a Ucrania. Sin embargo, muchos otros países en desarrollo asiáticos, africanos y latinoamericanos no democráticos han respaldado a Ucrania, aunque no dejen de insistir a los países ricos – ocupados en reunir al resto del mundo contra Moscú-, que deben invertir en sus países para procurarles desarrollo económico y ayuda para hacer frente al cambio climático, ya que como Ucrania requieren atención.
China, a pesar de su interés en negociar en el conflicto, no termina de ver que conseguir la paz pase necesariamente por la retirada de las tropas invasoras rusas y por restablecer a Ucrania su territorio. Su reacción al comunicado de los países del G7, tras su reciente cumbre de Hiroshima, donde se recoge su compromiso y determinación para combatir las nocivas practicas comerciales y la coerción económica de China en la escena internacional, no deja lugar para la interpretación. En una nota del Ministerio de Exteriores de China responde diciendo que el verdadero coaccionador del comercio internacional es EEUU, puesto que aplica sanciones unilateralmente e interviene decididamente con el fin de interferir las cadenas de suministro con claras intenciones políticas.
No deja de ser cierto que las reglas de la OMC se ven muy afectadas por la rivalidad política entre China y EEUU, siendo este último el que, para impedir el acceso a China de tecnologías avanzadas de conductores, controla la exportación, subsidia la producción y bloquea el sistema de apelación de la OMC.