Comienza una nueva campaña. Toca decidir el futuro próximo de nuestro país, bien consolidando el gobierno progresista que ha afrontado con responsabilidad cuantos duros obstáculos nos han salido al paso en estos últimos años o apostar por el 'cambio' que postulan las derechas -Partido Popular y Vox- y que tantos sonrojos nos están haciendo pasar estas semanas, entregando altos cargos de responsabilidad y de representatividad institucional a negacionistas de todo pelaje, de la violencia machista al cambio climático, cuando no antivacunas o legetebefóbicos.
Sorprende la rapidez y desparpajo con que alcaldes y responsables regionales del PP han comprado los postulados ideológicos de la extrema derecha para conseguir gobernar en municipios (como en Toledo) y comunidades autónomas. Siguiendo la estela de Núñez Feijóo, no les no importa desdecirse hoy de lo que defendían ayer, como ha hecho la candidata popular a la Junta de Extremadura o elogiando, ahora, la reforma laboral que quisieron tumbar en el Congreso. ¿Cómo es posible tanto veletismo sin que ello tenga, hasta el momento, coste electoral alguno?
¿Qué hubiese ocurrido –me pregunto- si en las listas electorales del PSOE o de Sumar figurase un candidato que en 2018 fue vetado de por vida a entrar en todas las sedes oficiales del Consejo de Europa por haber vulnerado su código de conducta? Es fácil imaginar la barahúnda de críticas que recibirían Pedro Sánchez y Yolanda Díaz, así como los decibelios que alcanzaría el ruido mediático en las tribunas y tertulias más postineras. ¿Qué dirían, además, si a tan vergonzante oprobio se sumase que también fue "expulsado" por un juzgado de las listas electorales de Isabel Díaz Ayuso a la Comunidad de Madrid en 2021 por haberse querido colar en las mismas de matute, sin cumplir los requisitos exigidos en la ley electoral madrileña junto al inefable Toni Cantó?
Pues bien, ese candidato, Agustín Conde -ex alcalde, ex diputado, ex senador y ex secretario de Estado de Defensa- es hoy número tres en las listas del Partido Popular al Congreso de los Diputados por Toledo. Así pues, en este arranque de campaña, bien está recordar estas cosas a quienes, a la hora de pedirnos el voto, tanto gustan aplicar aquello de lo ancho para mí y lo estrecho para los demás. Porque no todos los candidatos y candidatas son iguales, ¡no!