Javier Ruiz

LA FORTUNA CON SESO

Javier Ruiz


Un claro caso de éxito

11/05/2023

Fenavin se ha convertido en un claro caso de éxito, que debiera estudiarse en las escuelas de marketing de todo el mundo. En apenas veinte años se ha convertido en la feria de referencia del sector vitivinícola. Hay otras que compiten con ella, pero no de la trascendencia y amplitud que esta, donde se dan cita vitivinicultores del Japón, la China y Medio Asia. También los californianos vienen y quien tiene que decir algo de vino mira de reojo a la feria. Quizá falte algún productor potente o bodega representativa, pero el conjunto, la calidad y disposición de los expositores son excelentes. La feria ha crecido como una niña chica desde que nació hace viente años. Y en estos dos últimos que se ha celebrado de manera consecutiva, el salto ha sido evidentísimo. El Pabellón Ferial de Ciudad Real también se ha agigantado para acoger más participantes. Y el ritual que se establece en torno al vino durante tres días, verdaderamente impresionante. Lo he dicho ya varias veces, pero me reitero. No me fío de quien no le gusta el vino.

Raúl del Pozo escribe cada viernes con Carlos Alsina en Onda Cero la mejor columna radiofónica de las ondas españolas y lo hace bajo el epígrafe de "¡Viva el vino!", misma expresión que también popularizó Rajoy durante su mandato. El vino es la esencia de los alimentos de España, el néctar que liba la auténtica alma ibérica, el Mediterráneo entero metido en una cepa. Sabemos hacer vino desde que el mundo es mundo y Dios derramó su sangre a través de vino para sellar la Nueva Alianza. El paladar se educa mientras vamos creciendo. Como dice el gran Adolfo Muñoz, de pequeños no nos gusta el vino, pero de mayores, en cambio, sí. Es el proceso por el cual conocemos y nos adentramos en el lío de la vida, su laberinto, su rito o proceso iniciático. Yo aprendí a beber vino en Valdepeñas, durante mis dos primeros años de radio. Me sorprendió que allí, en la Muy Heroica Ciudad, nadie salía de cañas. Quedábamos a tomar vinos. Estaba inscrita por dentro, interiorizada la cultura vitivinícola, algo que debemos potenciar más. Los jóvenes son el gran destino del vino, hacia donde ha de caminar el sector para encontrar nuevo público. Ángel Ramírez Ludeña, Coloquios del Vino, dice que la vida es muy corta para beber malos vinos. Preclara luz de Albacete que se alcanza con las destellos de la llanura.

Fenavin, en fin, es un caso de orgullo palmario de toda una ciudad, una provincia y una región. Hay que agradecer a Josele Caballero que haya seguido la estela iniciada por Nemesio de Lara y la haya corregido y aumentado. Los bodegueros de esta región deben sacarlos a hombros a los dos y ponerles alguna estatua que otra. Han traído el gran mercado del vino a las puertas de casa. Como dice Ángel Ortega, gerente de la DO Mancha y papable si hubiera una sede pontificia vitivinícola, después de tantas misiones comerciales, descubrimos que una buena feria como esta podía hacerse en el gran viñedo del mundo. Producimos la mitad de vino de España y el diez por ciento del planeta. Los biberones no los llenamos de vino, porque luego recuperamos y bebemos lo perdido. El primer milagro de Dios fue convertir el agua en vino y hacer el mejor posible al final de una boda. Desde entonces aprendimos que el vino bueno se sirve antes. Odres, barriles, barricas y tinajas hierven y sudan vino por los poros hasta reventar por dentro. Yo creo que si muero pronto, que me echen en vino. Será el mejor perfume del mundo para subir al cielo.