Fernando Lussón

COLABORACIÓN

Fernando Lussón

Periodista


Entre moverse y quedarse quietos

31/05/2023

La convocatoria precipitada de elecciones generales el próximo 23 de julio tras el varapalo sufrido por el PSOE y los partidos a su izquierda vuelve a imprimir un ritmo frenético a la política nacional, que esperaba un tiempo de trabajo en los despachos sobre la constitución de los nuevos gobiernos autonómicos y ayuntamientos, por un lado, y de reflexión sobre las causas de las derrotas de los perdedores, por otro. Pero Pedro Sánchez ha decidido agitar el avispero y todos los partidos han comenzado a moverse para preparar los nuevos comicios. Todos menos el PP que ha decidido imprimir calma a sus próximos movimientos para cubrir el flanco por el que puede recibir algún daño que pueda influir en conquistar su próximo objetivo, llegar a La Moncloa e iniciar la contrarreforma del sanchismo.

Se mueven a la izquierda del PSOE urgidos por la necesidad de llegar al 9 de junio con los deberes de la unidad hechos, o con la asignatura pendiente de aprobar. O unidad o derrota, como se ha demostrado en las elecciones del 28-M. Alcanzar un acuerdo entre quienes integran la familia Sumar o Movimiento Sumar el nuevo partido instrumental de Yolanda Díaz y Podemos parece posible tras la declaración de Pablo Iglesias, el factótum de la formación morada, de acudir con "humildad" a la negociación. Pero tiene que ser un pacto creíble, sin dudas sobre el liderazgo y con un programa de izquierda pragmático y posibilista, porque de esa forma podrán desactivar las críticas de populismo y la deslegitimación que se ha usado tantas veces a lo largo de la legislatura acabada. Las prisas por alcanzar el acuerdo dejarán por el camino muchos debates en los que le gusta enredarse a este bloque ideológico, primarias, proyectos, programas, los puestos en las listas... que han lastrado sus resultados recientes, ante la urgencia de las urnas. Sin una líder fuerte que no tenga que mirar continuamente a su espalda, podrán contribuir al ya de por sí difícil reto de posibilitar otro gobierno de coalición progresista.

El movimiento ha sido raudo también en Ciudadanos, para reconocer que el partido fundado por Albert Rivera ha fallecido por consunción, que se ha vaporizado con sus votantes realizando el camino inverso que tomaron cuando Ciudadanos creyó que podía sobrepasar al PP. El 28-M Ciudadanos ha conseguido 300.000 votos, el 1,4%, que sumados a los alcanzados por el PP suponen una distancia de 5 puntos del PP respecto al PSOE y de partida, subir la diferencia de votos hasta los 1,1 millones. Podría pensarse que algunos de esos votos podrían ir al PSOE porque ya han tenido oportunidad de votar al PP, pero es difícil que el voto naranja vire al rojo. El agradecimiento de Feijóo por su desaparición es sincero.

Y ante tanto movimiento en todos los lugares, con el PSOE agitado para que no cunda aún más el desánimo y se logre movilizar a su electorado porque en la traslación de votos la derecha no alcanza la mayoría absoluta, y en el independentismo catalán porque ERC ha quedado como tercera fuerza política, el único partido que ha mandado parar ha sido el PP: no hay prisa para negociar con Vox, hay tiempo hasta después del 23-J para no poner negro sobre blanco los inevitables pactos de gobierno en las autonomías y no causen miedo.