Enrique Sánchez Lubián

En el Camino

Enrique Sánchez Lubián


Tribulaciones electorales

11/05/2023

Como jefe de prensa del Ayuntamiento durante más de tres décadas, he conocido muy de cerca las últimas ocho elecciones municipales en Toledo. Además de dilucidar el futuro de nuestra ciudad, para mí, en ellas no solamente se elegía alcalde o alcaldesa, sino que también estaba en juego saber quiénes serían mis jefes y compañeros de trabajo en los próximos cuatro años. Cada una de esas variantes confluían en la papeleta que, llegado el día, yo depositaba en la urna. A ello, como es lógico, se añadía mi identificación con una u otra opción política, no siempre coincidente con la del regidor de turno. Cursé, pues, esas citas con sentimientos dispares, desde la intranquilidad o el desasosiego a la esperanza. Ahora, ya jubilado, esas sensaciones no deberían pesarme, pero ante la cita del 28-M los reconcomios siguen batiendo mis tripas.
Junto a quienes fueron mis alcaldes, viví la intensidad de los preparativos electorales, la ilusión y el frenesí de las campañas, las mieles del triunfo y la amargura de las derrotas, como las sufridas por José Manuel Molina en 1991 y 2007 y Joaquín Sánchez Garrido en 1995. En otras ocasiones, cuando Agustín Conde (1999) y Emiliano García-Page (2015) no se presentaron a la reelección, mis tribulaciones fueron distintas. En el primer caso, liberadora en lo personal y profesional; en el segundo, expectante por saber si Milagros Tolón regresaría al Ayuntamiento como la primera mujer alcaldesa de Toledo, tras haber sido ya concejala tanto de oposición como de gobierno en corporaciones anteriores. Especialmente emotiva fue mi última noche electoral, la de 2019, cuando ella revalidó y amplió su mayoría, consiguiendo, además, un rotundo respaldo ciudadano a cuatro años de gestión socialista junto con la gente de 'Ganemos Toledo', quienes como ahora, por esas estériles divergencias que tanto descosen a nuestras izquierdas, quedaron fuera de la contienda, lo que costó a la coalición IU-Podemos perder más de 3.500 votos y dos concejales.
Y ahora, cuatro años después, cuando lo lógico sería vivir estas elecciones más distendido, continúo dándole vueltas al magín, esperando a certificar si esos sueños premonitorios que algunas noches tengo, y que entre otras cosas ya me 'anticiparon' el resultado de las urnas en ocasiones pasadas, vuelven a cumplirse o no. Comienza la campaña.