El transporte urbano en Toledo sale caro y es menos eficiente debido a la dispersión territorial de la ciudad. Partiendo de esta base, el Ayuntamiento tiene que buscar fórmulas para potenciar su uso y mejorar un servicio en los próximos años, tal y como se desprende del Plan de Acción Local publicado recientemente.

La movilidad en Toledo es compleja debido a la importante saturación de vehículos a diario, la propia configuración de la ciudad, la excesiva dependencia del centro, la escasez de vivienda, que obliga a muchos toledanos a residir en otros municipios y a usar regularmente su vehículo particular, y la falta de una red de infraestructuras y modos de transporte no contaminantes.

Esta radiografía de la movilidad de la capital de la región ya fue recogida hace tiempo en el Plan de Movilidad Urbana Sostenible (PMUS), que se ha tomado como referencia para sacar a la luz un Plan de Acción Local que busca que la ciudad esté en consonancia con los objetivos de la Agenda 2030, que a su vez invita a las ciudades a adoptar políticas más sostenibles mediante planificaciones, estrategias y una gestión que garantice mayor eficiencia y un desarrollo más respetuoso con el Medio Ambiente.

Según se desprende del documento, Toledo precisa «una reflexión sobre la estructura y la organización» del transporte público con el objetivo de «ampliar su eficiencia y promover su uso entre la ciudadanía» porque, pese a que disfruta de un alcance amplio, «tiende a estar desequilibrado en cuanto al aprovechamiento ciudadano y su rentabilidad».

Para apuntar esta conclusión, los técnicos que han elaborado el Plan de Acción Local han tomado como referencia numerosas cifras que ofrecen un diagnóstico certero sobre un servicio municipal que cuenta con una amplia subvención del Ayuntamiento todos los años.

Las cifras. El transporte público, a cargo de la empresa Unauto, ofrece cifras positivas, ya que dispone de una cobertura de red que alcanza «al 96% de la población, que disfruta también de, al menos, una parada de autobús a 300 metros de su residencia». Estos datos confirman que el servicio está consolidado  y se ofrece como alternativa al vehículo privado». Si bien, el abuso del vehículo particular es una de las problemáticas más preocupantes ligadas a la movilidad, ya que constituye un 75% de los desplazamientos laborales.

El abuso del vehículo dificulta ese avance sostenible de la ciudad, provoca un incremento de la contaminación ambiental, aunque Toledo no pueda considerarse una ciudad con mala calidad del aire, aumenta el envejecimiento del parque móvil y genera complicaciones directas en el tráfico y en el aparcamiento. A todo ello se suma «la precariedad de infraestructuras e interconexiones viarias asociadas a modos de transporte no contaminantes», en concreto, la bicicleta y los circuitos peatonales.

 Al respecto, se propone la ampliación de carriles bici, la mejora de la conexión entre barrios y en el interior de los mismos a través de sus zonas verdes porque actualmente se percibe «su desaprovechamiento». Asimismo, el transporte urbano se convierte en el reto más importante para los próximos años, puesto que  exige que se amplie la oferta «con nuevas rutas» y un aumento de frecuencias en consonancia con las necesidades de la ciudadanía. 

En estos momentos, Toledo dispone de 24 líneas, de las cuales 20 son diurnas y cuatro nocturnas. Yse estima que el recorrido medio por línea es de 15,9 kilómetros en una red que dispone de una longitud total de 348 kilómetros de recorrido.