El talaverano Andrés Frontelo tomó ayer la palabra en el Pleno Municipal para pedir al equipo de Gobierno el cumplimiento de un acuerdo del que es protagonista su abuelo. Según explicó en el salón de plenos, al que asistía por tercera vez para «suplicar justicia», la calle La Huerta, que une Cañada de la Sierra con Salmerón, en Puerta de Cuartos, fue antiguamente un paso privado o calle particular cerrada que Gregorio Frontelo cedió al Ayuntamiento para uso público.

Con los documentos en la mano, Frontelo explicó a la Corporación que según la Historia registral de la finca, facilitada por el Registro de la Propiedad, su abuelo solicitó y ejecutó la conversión en inscripción de dominios del «pasadizo, corralón o calle interior para el uso y disfrute de talaveranos», convirtiéndolo en servidumbre de paso, quitando las puertas y los muros que lo sujetaban, «dando así cumplimiento al segundo acuerdo de mi abuelo con el alcalde, acuerdo hecho mediante un apretón de manos», dijo.

Asimismo, Andrés Frontelo indicó que cuando sus abuelos vendieron la finca, se firmó por ambas partes un anexo en la escritura de compraventa de la propiedad, en el que se recoge que el paso o calle particular existente «quedará como propiedad de Gregorio Frontelo a fin de que este señor pueda cederlo al Ayuntamiento si lo considerase conveniente para que se transformase en calle pública a la que se diera su nombre».

La calle La Huerta, muy transitada en esta parte de la ciudad, sigue denominándose como tal y no Gregorio Frontelo, acuerdo en el que insiste la familia para cumplir con el deseo de su abuelo siguiendo, dijo, el pacto con el entonces primer edil, que no nombró.

La alcaldesa contestó al vecino asegurando que, tras analizar el caso, y según el reglamento, se contestará a su petición en tiempo y forma.