Una llave de acceso a lugares inolvidables

O. Furones
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La pulsera turística de Toledo permite disfrutar de siete monumentos icónicos de la ciudad. Entre ellos, el Monasterio de San Juan de los Reyes, con el arte de los Reyes Católicos

Monasterio de San Juan de los Reyes. - Foto: Yolanda lancha

La fascinante ciudad de Toledo, a través de la pulsera turística. Una llave de acceso a lugares inolvidables. Sumergirse en la rica historia de la 'Ciudad de las Tres Culturas', visitando icónicos monumentos que han resistido al paso del tiempo.

Por tan solo 12 euros, la pulsera turística ofrece la posibilidad de disfrutar de siete de los lugares y monumentos más impresionantes de Toledo capital.

Desde el Real Colegio Doncellas Nobles, hasta la Antigua Sinagoga de Santa María la Blanca, pasando por San Juan de los Reyes, siete espacios únicos en los que cada piedra, cada detalle, cuenta su particular historia.

Monasterio de San Juan de los Reyes. Monasterio de San Juan de los Reyes. - Foto: Yolanda lancha

La duración de la pulsera es de una semana desde la fecha de compra y permite realizar una visita por monumento. Además, los menores de 11 años pueden entrar a los monumentos completamente gratis, siempre que sea acompañado de un adulto.

Con la pulsera se busca la comodidad de los visitantes, por lo que se puede adquirir la pulsera en cualquiera de los siete monumentos, y realizar la visita a todos ellos en el orden de preferencia.

Entre los diferentes lugares visitables se encuentra el Monasterio de San Juan de los Reyes, con el arte de los Reyes Católicos.

«El claustro gótico isabelino, un segundo claustro de estilo mozárabe, además hay un acceso para subir a la tribuna y al balcón, para contemplar la totalidad de la iglesia, a una altura única. Es una de las posibilidades que se abrió a partir del pasado mes de junio», señala José Martí, Padre Guardián del Monasterio de San Juan de los Reyes.

Los Reyes Católicos encargaron a Juan Guas, en 1476, la construcción de este impresionante templo en Toledo, que se destaca como uno de los más majestuosos de la ciudad y uno de los mejores ejemplos del gótico hispano-flamenco.

En su interior guarda una de sus joyas más exclusivas, su jardín. «Un lugar de paseo, de recreo, de contemplar la belleza de sus plantas, las flores, el aroma de las mismas... para evocarnos en el Edén, en el Paraíso. Con una novedad este año, la Asociación de Amigos del Jardín Botánico de C-LM ha donado una zarza de San Francisco, una zarza sin espinas», destaca el Padre Guardián del Monasterio.