Juan Ignacio de Mesa

Barrio de Santo Tomé

Juan Ignacio de Mesa


Alea Jacta Est

24/07/2023

Escribo esta columna antes de conocer los resultados electorales de ayer domingo 23 de julio. Ha sido una campaña pesada, a veces con mal estilo, en donde ha sobrado la bronca, pero al final, los ciudadanos hemos ejercido nuestro derecho al voto en unas elecciones que espero no se tengan que repetir.
Tenemos una democracia parlamentaria en la que predomina el interés de los partidos, por encima del interés general y puede que ahora nos estemos enfrentando a una situación que confirme lo que digo. Primero, se deberán constituir las Cámaras, Congreso y Senado, para lo que hay un plazo máximo de 25 días.
Una vez constituidas las Cortes, el rey, como Jefe del Estado, llamará a consulta a los representantes de los grupos políticos presentes en el Parlamento. Seguro que aquí ya nos encontraremos con que habrá algunos grupos que no asistirán, demostrando su falta de compromiso con el cumplimiento de la Ley. El rey, a la vista de quién pueda estar en condiciones de obtener la mayoría de los votos suficientes para ser elegido, indicará a la Presidencia del Congreso el nombre de un candidato. Y empezarán las votaciones. Caso de lograr la mayoría absoluta de votos favorables, el proceso habrá terminado y se podrá poner en marcha el Gobierno. Si así no fuera, se deberá repetir la votación, siendo suficiente, en esta ocasión, con obtener la mayoría simple de los diputados. Caso de no obtener esta mayoría, se irán llevando propuestas al Congreso y si, pasados dos meses, ningún candidato obtiene un resultado favorable, el rey deberá disolver las Cortes y convocar nuevas elecciones.
Repito que estoy escribiendo esta columna antes de saber el resultado electoral, pero, mucho me temo que, sea el que sea, si no hay acuerdos, nos podemos encontrar con una situación de interinidad y con una repetición de elecciones dentro de unos meses que haga que estemos otra vez en esta ambigüedad que impedirá  tomar decisiones importantes que afectan a todos los ciudadanos.
Bien que deseo que los hechos no me den la razón y que el sentido común impere, pero hay mucho César suelto por aquí que preferirá justificarse para pasar el Rubicón y no dar bazas a los demás.