Lagartera, la localidad internacional conocida por sus labores y por su traje tradicional, está preparando acciones colectivas para defender sus bordados, ante el inicio del expediente de la declaración de Bien de Interés Cultural (BIC) del Tejidillo o Acolchado y el Traje de Vistas de Navalcán con la categoría de Bien Inmaterial.

En una comunicación a los vecinos, el Ayuntamiento cita la resolución publicada el pasado mes de mayo para iniciar el expediente y asegura que desde entonces el  Consistorio lagarterano viene  está trabajando con un Grupo de Trabajo en Defensa del Patrimonio Histórico y Cultural de Lagartera. «Está declaración supondría arrebatar y saquear el origen de los tejidillos y  las labores de Lagartera», sostiene el Ayuntamiento de la localidad, que es referente en bordados.

«Como todos sabemos los tejidillos responden  de una manera minuciosa a la manera de sentir y vivir de Lagartera y sus gentes, prendas preservadas a lo largo de los siglos y con innumerables documentos históricos que hablan de nuestro arraigo colectivo», asegura el Consistorio, que ha recibido como una amenaza la declaración de BICpara Navalcán.  «Las piezas de tejidillos  llevan junto al pecho, como prenda de identidad,  las mujeres lagarteranas desde tiempo inmemorial», afirma.

El Diario Oficial publicó a mediados de mayo el inicio del expediente para reconocer la artesanía navalqueña, contribuir a su preservación y facilitar además el relevo generacional en el aprendizaje de las técnicas. 

Lagartera ha hecho un llamamiento a los vecinos «para emprender acciones colectivas en defensa de nuestros tejidillos» y por ello pide a todas las personas que dispongan de cualquier pieza con esta labor que contacte con el Consistorio para implicarse en las gestiones que se vayan a realizar.

En febrero de este mismo año, la Junta también lanzó acciones para la declaración como BICde las labores de Lagartera, sus indumentarias y otras labores textiles. «Atendiendo a diversas investigaciones, es complicado dar una fecha exacta del origen; seguramente eran practicadas desde época medieval. Es sólo a partir del siglo XVI cuando existen puntuales referencias documentales.  Y hay que esperar al XVIII, con el Catastro de Ensenada, para reconocer recursos e instalaciones que se relacionan con la producción artesanal textil de Lagartera, ya en 1751», explica la Junta en su página de internet. Y abunda: «Fue a principios de siglo XX cuando las mujeres de Lagartera comenzaron a viajar a diversas ciudades españolas, con un gran esfuerzo y pocos recursos, para vender primero sus paños y después sus bordados. Llamaban la atención con sus singulares indumentarias, que era su vestimenta habitual».