La inclusión de las personas sénior en el mercado laboral no es un asunto baladí para la economía, en un contexto de envejecimiento récord en el que la media de edad de la población es cada vez mayor.
En Castilla-La Mancha se contabilizan 123 personas mayores de 64 años por cada 100 menores de 16, una proporción que crece a un ritmo desbocado, como se observa en el siguiente gráfico, a tenor de una esperanza de vida en máximos históricos y una caída de la natalidad que sitúa a España como el segundo país de la UE con menor número de nacimientos.
Hoy se contabilizan 209.500 personas activas mayores de 55 años en Castilla-La Mancha, es decir, que tienen trabajo o lo buscan. Suponen el 20% del total de la fuerza laboral de la región (hace 10 años representaban el 10%). El número de personas mayores de 55 años activas ha experimentado un crecimiento del 69% en la última década (en 2013 se contabilizaban 123.500 en Castilla-La Mancha y se ha incrementado un 180% en los últimos veinte años (en 2003 había 74.600 personas mayores de 55 años en activo en la región). La provincia de Toledo se encuentra en una situación similar, con un porcentaje de 19,2%. En comparación con el resto de provincias de la región, Ciudad Real (22,4%) y Albacete (22,3%) se sitúan por encima de la media nacional (20,4%), mientras que Toledo, junto con Cuenca (19,9%) y Guadalajara Guadalajara (18,6%) se sitúan por debajo.
Por comunidades autónomas, Castilla-La Mancha (20,5%) ocupa el noveno lugar entre las regiones con mayor porcentaje de personas sénior entre el total de la población activa. Castilla y León (24,9%), Asturias (23,7%) y Euskadi (23,1%) son las regiones con mayores porcentajes. En el lado contrario se sitúan Andalucía (19,1%), Baleares (18,8%) y Murcia (18,9%), que tiene los índices más bajos. En cualquier caso, en todas las comunidades autónomas la proporción de fuerza laboral sénior va en aumento ya roza el 20%.