La Catedral de Ávila alberga en su claustro la sepultura de Adolfo Suárez. El abulense, además de primer de la democracia en España, es arquetipo de talante dialogante y consenso, clave en uno de los momentos más importantes y delicados de la historia reciente de nuestro país, como fue la Transición.
Como si fuera revitalizar ese 'espíritu de Suárez', con gran acierto, desde la junta de portavoces del Ayuntamiento de Toledo, convocada a petición de Txema Fernández, portavoz de Izquierda Unida-Podemos, se quiso que el acto en recuerdo del asesinato de Miguel Ángel Blanco fuera lo más plural e integrador posible. Sin ataques ni referencias políticas sino simplemente un alegato a la democracia, la libertad y la defensa de los derechos individuales de las personas.
Así fue como se optó por eliminar y dar forma a un manifiesto que, difundido por la Fundación Miguel Ángel Blanco, fue leído el pasado jueves por el alcalde de Toledo, Carlos Velázquez, y que supuso la guinda a una jornada en la que un libro de firmas presidió el zaguán del Ayuntamiento, y en el que el propio Velázquez quiso institucionalizar un acto que, a pesar de homenajear a la persona de Miguel Ángel Blanco, sirvió de recuerdo a todas las víctimas de la banda terrorista ETA.
En concreto, en aras de la convivencia y concordia, y huyendo de que este acto que se ha institucionalizado se convirtiera en algo con lo que sacar rédito político, del manifiesto original se eliminó el párrafo en el que se hacía referencia a que «es una anomalía democrática que partidos que legitiman a ETA en sus fines y medios, que no la condenan, que llevan terroristas con delitos de sangre en sus listas electorales, que no han realizado la más mínima autocrítica, hayan sido decisivos en la gobernabilidad de España. Es inmoral el poder político que se les ha regalado a aquellos que todavía hoy no reprueban el crimen de Miguel Ángel Blanco y de todas las víctimas del terrorismo».
Así mismo se omitió otro párrafo en el que se exigía al próximo Gobierno central que» la dignidad de las víctimas del terrorismo sea una prioridad, que se legisle para evitar más humillaciones, que no se pacte con los que no condenan el asesinato de Miguel Ángel Blanco ni ningún otro», favoreciendo que primase la unidad y el recuerdo al concejal asesinado en 1997.
De este modo, sin tintes políticos de ningún tipo, miembros del PP, PSOE y VOX, participaron de la concentración, en la que se revitalizó lo que en realidad supone el surgido 'espíritu de Ermua', una manifestación espontánea como expresión de la solidaridad con el secuestrado en un principio y, por extensión, con todas las víctimas del terrorismo que fueron asesinadas a manos de ETA en más tarde.víctimas del terrorismo que fueron asesinadas a manos de ETA en más tarde.