Es como el cuento de nunca acabar. Se proyectó por primera vez en el año 2008 y desde entonces ha aparecido en el panorama político una y otra vez. A veces con intención de recuperar algunas de sus fases de manera independiente y otras en su conjunto, como parece pretenderlo ahora Carlos Velázquez tras unas de sus declaraciones en sus primeros días como alcalde de la ciudad.

Se trata del proyecto 'Take me to the river', una iniciativa que por años que pasen siempre está presente entre las actuaciones a abordar en el río Tajo a su paso por Toledo. Esta misma semana, en el contexto del Congreso Ibérico Restauración Fluvial 'Restauraríos Horizonte 2030' que se está celebrando en la capital regional, Velázquez avanzó algunas de sus intenciones en esta materia. Una de ellas fue precisamente la petición que realizó a la Confederación Hidrográfica del Tajo (CHT) y a la Junta de Comunidades para recuperar este proyecto que, en su conjunto, tendría un presupuesto superior a los 90 millones de euros. La idea del alcalde toledano es poder financiar la inversión con fondos europeos en, al menos, un 80 por ciento.

El origen de este proyecto que tenía como prioridad la integración urbana del río en la ciudad se remonta al año 2008 cuando una empresa lo presentó a un concurso de ideas que pretendía precisamente recabar la mejor opción para esta finalidad de cáracter sostenible en la ciudad. Sin embargo y pese a la gran acogida inicial del proyecto, no fue hasta el año 2014, seis años después, cuando la Confederación Hidrográfica del Tajo lo aceptó, lo colocó incluso en su página web publicando su estudio de impacto ambiental, sus planos y plan de obra, así como el desglose de su presupuesto total. Posteriormente, el Diario Oficial de Castilla-La Mancha publicó también los detalles que pasaron a información pública.

Dejando atrás fechas y otros detalles de los orígenes de este proyecto, el contenido del mismo incluía actuaciones de gran impacto en las riberas del río, desde la creación de varias pasarelas para cruzar de un costado a otro, rehabilitación de edificios históricos en el entorno o, incluso, la instalación de un remonte mecánico o funicular para comunicar la senda con otras zonas de la ciudad más elevadas por su orografía.

La intención de la CHT en su día fue la de dividir la ejecución del proyecto en 11 actuaciones independientes. Aunque el presupuesto total alcanzara los 90 millones de euros, la intervención más cara no superaba los 39 millones, mientras que la más baja económicamente oscilaba en el medio millón de euros. 

El lote más cuantioso y que casi reunía la mitad del presupuesto consistía en la creación de un parque fluvial metropolitano, que incluía la recuperación de todas las orillas del río desde su entrada en el término municipal hasta su salida y su ajardinamiento, que se endosaba más de 11 millones de euros sólo en esta partida.

Aunque no siguiera el orden de mayor inversión para su actuación, era evidente que la intervención más espectacular y llamativa arquitectónicamente hablando para la imagen de la ciudad consistía en la instalación de un funicular que uniría el paseo del Tránsito con la orilla del río ladera abajo. Este proyecto se presupuestó en su día con tres millones y medio de euros.

De hecho, no hace tanto tiempo, con la publicación a inicios del año 2022 del documento inicial del Plan de Movilidad Urbana Sostenible (PMUS) que realizó el pasado equipo de gobierno se pretendía rescatar esta iniciativa. En esta ocasión, las opciones barajadas contemplaban una conexión vertical de cerca de 60 metros que podría trasladar a más de 500 viajeros por hora.

De igual modo, el gobierno saliente también rescató algunas de las pasarelas proyectadas en el originario 'Take me to the river' para acometerlas en la actualidad. Se llegó a presentar en marzo del pasado año en la comisión de Urbanismo la que pretendía conectar el Casco Histórico con la ronda del Valle a través del conocido como molino de La Nueva. Se trataba de una pasarela con barandilla, suspendida sobre el azud que da nombre al molino cercano, cuya construcción estaba presupuestada en más de un millón de euros. Las otras pasarelas pensadas inicialmente se ubicaron sobre los azudes de Saelices y el de Santa Ana.

El proyecto original también incluía otras actuaciones como lo que se bautizó como un paseo fluvial alrededor del cauce del río, pero habría que preguntar con más detalle a Carlos Velázquez y a las demás instituciones, en caso de que acepten su propuesta de recuperación, qué porcentaje del proyecto estarían dispuestos a abordar de nuevo y cuáles no. De ser una realidad, sería uno de los grandes proyectos de esta nueva legislatura que acaba de comenzar.