Carlos Calzada

Carlos Calzada


50 años de emociones

24/11/2023

Echo la vista atrás, ahora que resuenan las cornetas para celebrar las bodas de oro del Salto del Caballo, y, por supuesto, que, aunque no he disfrutado de los 50 años de nuestro estadio, porque no los tengo, sí que me pongo nostálgico al recordar tantos y tantos momentos emocionantes. Me hubiera encantado ver ese gol de Luis Aragonés, pero os aseguro que he visto otros mil momentos más.
Hoy me gustaría traeros algunos de mis recuerdos más personales en 'el Salto' que seguro que también son los de muchos de vosotros, y espero os trasladen en el tiempo como si de un viaje en el tiempo se tratara.
Para empezar, ¿cuántos de nosotros no hemos aparcado encima de la rotonda con las prisas de llegar al campo y no poder encontrar sitio? Por no hablar de los atascos al final de cada partido.
O no se si esto también os pasará, pero personalmente echo mucho de menos ver saltar a los equipos desde los vestuarios de antaño, situados en el fondo con nuestra preciosa ciudad de fondo siempre expectante, mientras sonaba nuestro himno por una megafonía afónica, y lanzando esa bolsa llena de papelillos que cuidadosamente había ido recortando y preparando durante toda la semana.
O la rifa de los descansos y esa ilusión porque te escogieran para sacar los numeritos.
O esas celebraciones incansables de tantos y tantos goles, o las invasiones de campo en los ascensos y ese olor a césped que muchos reconoceréis sin ni siquiera olerlo.
O las veces que después de una derrota o un descenso, te quedabas sentado, inalterable, en tu sitio mirando el infinito e intentando solucionar lo que ya no tenía solución.
O cuando después de un partido esperaba de niño, en ese mismo fondo, a que un tal Villalbilla te chocara la mano.
O ese maldito hongo que año tras año arruinaba el césped y el trabajo incansable de los trabajadores del patronato.
También recuerdo perfectamente la historia con las camisetas del Betis de Lopera, la victoria frente al Real Madrid en Copa del Rey, las visitas de selecciones internacionales Sub 21...
Y siempre me llevaré en el recuerdo la primera vez que me senté en el banquillo visitante siendo preparador físico del filial en un partidillo del jueves contra el primer equipo de Iriondo. O cuando en la nevada de Filomena pude retratar el estadio totalmente nevado, en otra imagen totalmente inalterable.
ampoco puedo olvidarme de la experiencia única que es comentar tantos y tantos partidos en las ondas, desde lo más alto del estadio, con Rubén y Carlos en Carrusel Toledo y el micro amarillo, llevando a todos los aficionados lo que ese gen del Salto del Caballo nos inspira. Como se echa de menos ese carrusel y ver 'el Salto' lleno de pinganillos.
Son innumerables los recuerdos, los buenos y los menos buenos, pero sobre todo es ilusionante lo que le queda por vivir al CD Toledo en su casa.
Felicidades querido Salto del Caballo, sigue emocionándonos y déjanos seguir soñar arropados por el Tajo y con nuestros inmortal Alcázar siempre de fondo.