Punto final a la temporada para el CD Torrijos. Una temporada con más sombras que luces, en la que el equipo torrijeño ha estado muy lejos de las expectativas creadas. El último partido fue un fiel reflejo de la temporada del cuadro rojiblanco, despidiéndose con un encuentro muy gris.
Y es que poco o nada se vio sobre el césped del Nuevo Campo de Villarrubia de los Ojos, en el que el equipo local tenía todavía pendiente certificar su puesto de playoff. Aún así, no se notó apenas la diferencia entre el equipo que todavía tenía algo en juego, y el que acudía con la temporada resuelta. No es que fueran de paseo ninguno de los dos equipos, pero sí se notó la falta de tensión competitiva.
Algo entendible en el equipo de Esteban Bécker, pero muy extraño por parte del cuadro local, al que, aunque le valía el punto, un error podría dejarle sin playoff, visto que los hombres de Miguel Aroca no tenían ninguna ambición por mejorar clasificatoriamente.
Para abrochar la temporada, Esteban Bécker apostó por un equipo muy reconocible, lejos de las especulaciones que podrían hacer pensar que el técnico argentino poblaría el once de suplentes como premio a su trabajo sin premio durante todo el año. Con el clásico 4-2-3-1, el equipo rojiblanco -vestido de negro- apostó como siempre por tratar de jugar el balón por abajo, aunque no le saliera. La ausencia de necesidad de puntos hizo que los jugadores visitantes jugaran con un punto menos de intensidad, lo que no ayudó a que el juego fluyera.
Como máximo, cada cuatro o cinco pases, los del San Francisco veían como un rival interceptaba el balón. Y si no era un jugador vestido de blanquiazul el que cortaba, el balón no acababa en el destino deseado debido a alguna imprecisión.
Dado este desarrollo del juego, ningún guardameta temió por su portería en ningún momento. Las llegadas al área eran muy muy escasas, y las finalizaciones nulas. Y las pocas veces que logró finalizar alguno de los dos equipos, el balón se iba a muchos metros de la portería, por lo que los dos guardametas tuvieron una tarde muy plácida y aburrida.
Es más, tan solo se contabilizó una ocasión real de gol, y fue de la manera que más clara puede ser: desde el punto de penalti. En el ecuador del segundo tiempo, Ambo metió absurdamente la pierna a Casi dentro del área, señalando sin dudarlo un instante Marchante Campillo el punto de penalti en favor del Villarrubia. Barca asumió la responsabilidad de ejecutar la pena máxima, pero se topó con un gran Berlana, que adivinó el lado del lanzamiento, la izquierda del meta, deteniendo el balón a media altura, dejando el partido con un 0-0 que pocas veces más hará justicia a lo visto en un partido. El cuadro local certificó su objetivo de jugar los 'playoff' de ascenso, en los que se medirá en semifinales con el CD Illescas.