Este año ha sido usted el pregonero del Corpus. ¿Cómo ha recibido este encargo?
Fue una propuesta que salió de la Alcaldía. Me llamaron y lo entiendo como un honor. Soy de Toledo y para mí es un reconocimiento y al mismo tiempo ha sido una responsabilidad encargarme del pregón para toda la ciudad.
¿Cómo ha afrontado el pregón?
Los pregones, por regla general, tienen mucho componente particular de recuerdos. No hace falta más que ver la línea de los pregones que se han dado, unos con una situación muy descriptiva de la procesión, otros muy recordados desde el punto de vista personal, e incluso algunos buscan otro punto de vista, como ocurrió con Adolfo de Mingo, que se centró en mostrar cómo vive el Corpus un periodista. Evidentemente, soy de Toledo y he estudiado e investigado la ciudad, con lo que ha influido a la hora de preparar este pregón.
¿Cómo vive un historiador como usted el Corpus Christi?
Como historiador estudias el origen, la evolución y los cambios que se han producido en la ciudad y en la procesión a lo largo del tiempo. Desde el punto de vista historiográfico, en los últimos 35 o 40 años ha habido un avance de los estudios sobre Toledo. Al Corpus se han ido añadiendo muchas visiones, desde el carácter religioso, al montaje de una procesión, el carácter antropológico y otros estudios. Lo que está claro es que el Corpus ya no es la descripción de una fiesta de una mañana, hay muchos estudios que lo han enriquecido.
También he notado como historiador que a la hora de acercarse al Corpus se ofrecen unas visiones mucho más amplias que la tradicional, que tampoco hay que desmerecer. Por ejemplo, el valor histórico de la Custodia, de la procesión, las personas, participantes y nuevas investigaciones que amplían todavía más el foco. Y a mí me ha interesado mucho ver las nuevas aportaciones históricas, que a la vez han sido una forma de avanzar en la investigación.
¿Las investigaciones del Corpus están agotadas?
No. Siempre queda algo que contar. A medida que los fondos documentales y archivísticos se vayan recuperando, como ocurre por ejemplo con el fondo musical de la Catedral, aumenta ese patrimonio y ofrece nuevas oportunidades para estudiar. Además, se pueden resaltar aspectos literarios, composiciones encargadas, autos sacramentales que se han podido perder y pueden volver a aparecer en investigaciones… Queda recorrido todavía.
En 1985 se amplió el recorrido de la procesión por el Casco porque era tal la concentración de público que fue necesario. Se trata de una celebración con una gran acogida todos los años. ¿Sería descabellado plantear otra ampliación de recorrido?
No lo sé. El Cabildo es el que se encarga de organizar la procesión. Al final, el Corpus no deja de ser una especie de río que fluye desde la Catedral y vuelve a desembocar en ella, como dijo alguien una vez, con lo que el recorrido está muy asentado.
Históricamente, se movía en el centro de la ciudad y se amplió en 1985 porque había mucha gente y se daba otra circunstancia, ya que ver la procesión en el tramo de los Jesuitas era imposible porque se topaba con un callejón sumamente estrecho, de manera, que solo el paso de la Custodia con la escolta militar cerraban la calle. Ante esta dificultad y la cantidad de gente que acudía a ver la procesión, se tomó esta decisión para facilitar que se pudiera disfrutar de la procesión.
Toledo vive su Semana Grande en torno al Corpus con una programación intensa y llena de actividades. ¿Echa falta alguna iniciativa más?
El Corpus es una fiesta concentrada en una mañana, en un día. Desde el punto de vista empresarial y de la hostelería, se ha ido descubriendo que la Semana Santa, que son seis días, concentra más reunión de personas y de visitantes que el Corpus y se ha ido ampliando con ofertas alternativas porque tradicionalmente se limitaba a la víspera y la mañana siguiente. Incluso en la prensa de inicios del siglo XX se publicitaban trenes especiales para venir y ver la procesión, los toros y volver a Madrid. Poco más había. Sin embargo, la ciudad ha ido asumiendo que era una inversión para Toledo y se ha ido volcando en más actividades para ampliar la fiesta.
Es cierto que ahora se han agregado muchas actividades y se podrían programar más quizá, porque ha habido años que se han recuperado autos sacramentales, pero sin continuidad, y otras iniciativas, como conciertos, competiciones deportivas y demás, pero en realidad todo eso está descontextualizado de lo que es la fiesta del Corpus. Los hay que vienen a ver la procesión desde el punto de vista religioso, otros como una costumbre, por tradición... Cada uno viene a ver la procesión de una manera. Si bien, en Toledo desde el siglo XVI la Custodia es un epicentro religioso, simbólico, iconográfico y artístico que da mucho realce frente a otras procesiones que se hacen en otro lugar.
A pesar de que es algo superado ya, ¿era bueno para Toledo que hubiera Corpus en jueves y en domingo?
No. Al final se demostró que no era bueno. Hubo algunas quejas tanto de la Junta Pro-Corpus como de los floristas porque el ornato floral no aguanta tantos días y en principio dos Corpus obligaban a más composiciones florales y había problemas con su mantenimiento. Además, mucha gente elegía y si acudía el jueves ya no lo hacía el domingo. No funcionaría si volviese a pensarse y el Corpus se diluiría.
¿Cuál es su primer recuerdo del Corpus?
De pequeño veía el Corpus en Zocodover y alrededor de la Catedral con la familia.
¿Qué rincón le gusta más?
Me gustan más los sitios más recoletos del recorrido, quizá los más incómodos, las Cuatro Calles y Tornerías, también Sillería y Alfileritos. El tramo de la calle Rojas y plaza Marrón, la parte final, también me llama la atención. Los sitios más amplios y espectaculares, como Arco Palacio, también son muy significativos. Pero observo que en algunas partes del recorrido de la procesión hay pocos vecinos mientras que Zocodover, el epicentro de la procesión desde que Don Marcelo el arzobispo marcó un hito al detener allí la Custodia, es el sitio de máxima afluencia. Lo bonito de la procesión es poder presenciar la cercanía.
Hablaba de que el Corpus se vive de muchas maneras, por fe, curiosidad, tradición... ¿Qué es el Corpus para Rafael del Cerro?
Es una tradición toledana arraigada en su historia, ensalzada por Toledo que ha ido cambiando como la propia ciudad. Ahí cada uno tiene su Corpus, así que cada uno puede encontrar el que desea, con lo que para mí es un Corpus abierto, polivalente y con muchas facetas. Hay muchas maneras de mirar el Corpus y defiendo esa pluralidad de miradas. Y me gusta ver que el Corpus es algo de todos, de los que estamos, de los que vienen y admite todas las formas de entendimiento. También hay que tener claro que el Corpus es una reliquia religiosa como de máximo toledanismo.