Enrique Sánchez Lubián

En el Camino

Enrique Sánchez Lubián


Si Sánchez se va, Feijóo pierde

26/04/2024

Estoy inquieto por saber cuál será la decisión que el presidente Sánchez nos comunique el próximo lunes sobre su futuro político. Me gustaría que continuase el frente del Gobierno, pues soy de quienes apoyan su liderazgo y considero acertadas buen número de sus propuestas. Como periodista me preocupa que las malas praxis en nuestro oficio hayan contribuido a que esta irrespirable situación haya llegado hasta extremos tan desasosegantes, porque sin la connivencia de ciertos medios (y pseudomedios) de comunicación quienes militan en la práctica del 'lawfare' no serían nada. Entre la izquierda española ya hay ejemplos notorios de cómo se las gasta semejante jauría y de cuánto daño, personal y político, pueden hacer sus dentelladas.
Sé que algunos están gozando ante la posibilidad de que el líder socialista tire la toalla. Siempre hay quienes disfrutan peleándose en el barro, aunque terminan tan perdidos de mierda como un cerdo. Es más, les gusta. Pero este asalto a la normalidad democrática no lo puede ganar la 'fachoesfera', porque si fuera así, el Partido Popular y su líder, Feijóo, también perderían.
Cuando llegó a Madrid, Núñez Feijóo se presentó ante la ciudadanía con la intención de aportar un aire nuevo a la oposición conservadora, alejado de las turbulencias dialécticas a las que nos tenían acostumbrados Casado, Álvarez de Toledo, García Egea o Díaz Ayuso. Sus intenciones duraron menos que un pastel en la puerta de un colegio. Poco a poco, quienes susurran veleidades en los oídos de los estrategas populares fueron ganando terreno y la crispación ha alcanzado en los últimos meses un nivel insoportable. El Partido Popular necesita ser rescatado de esos perniciosos cantos de sirena, pues la democracia española precisa de una derecha civilizada y responsable para poder ser plena. Por eso, pienso que si Sánchez cae, Feijóo pierde.
Pierde, porque tendría que tragarse el vergonzoso sapo de ver como sus esfuerzos por tumbar a Sánchez en el Parlamento, en las sucesivas convocatorias electorales y en cuantos foros se han medido han resultado inútiles, siendo la peculiar denuncia (falsedades incluidas en la misma) de un chiquilicuatre, cuasi mafioso, la que habría hecho doblar la rodilla a nuestro rocoso presidente. Si esa posibilidad se materializase, el líder del PP debería tentarse la ropa, pues sabría que si cuantos desde determinados espacios –informativos, judiciales, económicos, etc.– han sido capaces de abatir tan codiciada pieza política, él sería siempre rehén de esos mismos 'adalides' de la desinformación y de la insidia, quedando advertido de que si no atiende sus peticiones, caprichos y ambiciones duraría muy poco al frente de las derechas españolas. Así es que, lo que está en juego en las próximas horas, es mucho más que la continuidad o no de Pedro Sánchez al frente del Gobierno. Es el respeto a la democracia.