Misterios y secretos de la parroquia de San Martín

J. Monroy
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El arqueólogo Julián García Sánchez de Pedro abordará esta tarde en el Santa Cruz la posibilidad de que el reaparecido templo fuera mezquita, iglesia mudéjar o ambas cosas

Misterios y secretos de la parroquia de San Martín - Foto: David Pérez

Muchas cosas han sido misterio alrededor de la desaparecida parroquia toledana de San Martín de Tour, y muchas otras lo siguen siendo, a pesar de su aparición hace poco más de un año durante las obras de remodelación de Reyes Católicos. Los restos han quedado a buen recaudo, protegidos bajo la calle, para que algún día se puedan estudiar en profundidad. Tras su corto estudio, el arqueólogo Julián García Sánchez de Pedro ha llegado a la conclusión de que el antiguo templo pudo ser mezquita, parroquia mudéjar, o probablemente ambas cosas; pero mucho queda por estudiar en un futuro de este espacio. Estas y otras teorías las explicará esta tarde, a partir de las siete, en su conferencia en el museo de Santa Cruz inmersa en el ciclo de citas arqueológicas.

De la parroquia de San Martín se tenía conocimiento en Toledo por el Plano del Greco, así como el de Arroyo Palomeque de 1720 y algunos documentos de su rehabilitación del siglo XVI. Pero poco más se sabía de ese templo, del que se desconoce incluso el motivo de su desaparición.

Hasta el pasado verano de 2022. Durante las obras de control arqueológico de la remodelación de Reyes Católicos, abordada por el Ayuntamiento, García Sánchez de Pedro corroboró la existencia bajo el vial de este antiguo templo, de aproximadamente treinta metros de longitud. La suerte es que sobre los restos no se construyó una vivienda, sino un vial público, por lo que están bien conservados. Bajo una de las calles más anchas del Casco, en un eje turístico se encontró aproximadamente la mitad del templo perdido, un triángulo que, muy rápidamente, ha podido estudiar el arqueólogo, antes de que la parroquia se protegiera y volviera a tapar para continuar la obra. La otra mitad está bajo el jardín vecino, donde en 2003 ya aparecieron medio enterramiento, suelo de mortero y elementos decorativos que coinciden con la policromía de la decoración de las paredes del presbiterio ahora hallado.

De esta rápida intervención, el arqueólogo ha podido concluir que la parroquia de San Martín de Tour tenía que ser muy similar a la de Santiago del Arrabal, aunque algo mayor tras su última ampliación. Las similitudes son varias, como las tres naves de la planta mudéjar y la orientación hacia el sur, que marca un origen islámico. Si la parroquia del otro lado del Casco es de planta con influencia románica, esta es una parroquia franca y la hipótesis es que fueran muy similares.

El arqueólogo encontró bajo Reyes Católicos básicamente construcciones de dos épocas. La más antigua, medieval, muestra un ábside flanqueados por dos absidiolos hacia el sur. A falta de corroborarlo, la hipótesis de García Sánchez de Pedro es que pudo haber una mezquita con tres naves o de una posterior parroquia mudéjar, en este caso con el ábside de la nave central y los absidiolo de las naves del Evangelio y de la Epístola, a ambos lados del altar. Ambas hipótesis no son incompatibles. En este espacio está, dada la cota, el único suelo que la rapidez de la intervención dejó sacar a la luz.

La teoría de la mezquita se sustenta por la orientación inconfundible de un edificio islámico, la situación de la torre, antiguo alminar, y quizás un mirrab al sureste que no se ha podido confirmar al haber sido imposible excavar allí. El arqueólogo ya apuntó durante su reciente intervención en septiembre en el museo Sefardí que en realidad la Judería toledana nunca se extendió hasta San Martín. Su ampliación se quedó en el siglo XIV más arriba de esta iglesia que, durante la dominación musulmana, debió de ser mezquita, hasta que el barrio se hizo cristiano a finales del siglo XI.

Más allá de estos primeros restos, García Sánchez de Pedro también ha podido estudiar, sobre todo la reforma del templo del siglo XVI (1564), que conlleva una ampliación hacia el sur, hacia San Juan de los Reyes, del presbiterio y la nave central, posiblemente con la eliminación de los ábsides medievales. Sus trabajos corroboran punto por punto los documentos que se conservaban de la obra, hasta con los restos decorativos. Aquella descripción habla de los arcos torales del presbiterio y de un pilar central que sujetaba una bóveda con un capitel corintio, que ha aparecido incluso con su pan de oro. También están los restos decorativos, pan de oro y añil, de la bóveda que cubría el presbiterio. En esta zona, no obstante, quedan todavía misterios por estudiar más adelante, como  por qué se llegó a aislar en un momento dado una zona de la nave del Evangelio, quizás una cripta.

El arqueólogo destaca otros enigmas del templo, como la aparición hacia el norte de una plataforma que va hacia 'Casa Pedro', un enorme rectángulo ante la puerta, «que estoy seguro que tenía que ver con la iglesia». Quizás fuera su cementerio, pero no se ha podido excavar.

Finalmente, queda el interrogante de la destrucción de la parroquia. Cierto es que en la zona medieval hubo un incendio, pero no afectó a la renacentista. Tampoco le cuadra a García Sánchez de Pedro que el templo estuviera en estado ruinoso, dado que en la segunda mitad del siglo XVI se hicieron dos reformas, la del presbiterio y nave central y otra de las cubiertas y el muro meridional cuando el la iglesia pasó a los frailes del Escorial.

Queda para un futuro, por lo tanto, continuar con la excavación inconclusa, lo que puede despejar estas incógnitas, pero también queda sacar los restos de la otra media iglesia y delimitar el cementerio.

Protección para el futuro. A pesar de la importancia del descubrimiento, el arqueólogo apenas tuvo la oportunidad de trabajar allí, dado que había que continuar con la obra. La buena noticia es que los restos continúan conservados bajo tierra, y podrían ser en el futuro objeto de estudio. Bajo Reyes Católicos están desde los escombros caídos del techo de la iglesia, a su decoración, sus suelos y cimientos. García Sánchez de Pedro sacó entre cuarenta y cincuenta fragmentos decorativos, de los que solo dos se ha quedado Cultura para su análisis. Los demás se envolvieron en geotextil y se pusieron de nuevo en su sitio, protegidos por sacos terreros para evitar movimientos. El capitel, por su parte, se enyesó para evitar problemas. En realidad, toda la mitad de la parroquia aparecida ha quedado bien protegida, consolidada, rellena de arena y tapada.