Hace solo dos semanas y media que los niños del colegio San Lucas y María hicieran el bautismo en sociedad de las nuevas piezas del museo de escultura Río Tajo, en el barrio de la Cornisa, y ya ha sido objeto de vandalismo. Durante la noche del pasado jueves de Corpus, alguien se estuvo dedicando a mover las obras de su repisa y logró tirar dos de ellas al suelo.

Así lo explica el promotor del museo, el artista Jule, quien ya ha comunicado lo ocurrido al Ayuntamiento y ha solicitado que se dote de una mejor sujeción a todas las obras, para impedir que se repita el capítulo.

Después de múltiples retrasos y decepciones, el pasado día 22, cuatro años después de su puesta en marcha, por fin llegaba la tan esperada ampliación del museo puesto en marcha por la Asociación de Vecinos de La Cornisa, en colaboración con el Ayuntamiento. Sin embargo, la felicidad en el barrio tan solo ha durado apenas dos semanas. En la noche del pasado jueves el nuevo museo fue objeto de actos vandálicos. «Algún gamberrete se dedicó a divertirse de esa forma», tiró al suelo dos de las esculturas de madera y aunque algún vecino ha recolocado una de ellas, aunque se tambalea, la otra permanece en el suelo. Jule entiende que el responsable trató de tirar las cuatro esculturas de madera, pero solo logró tirar dos, porque otras estaban sujetas con escuadras.

El artista se teme que, si no llegan soluciones, pueda haber algún día una desgracia con una escultura que se caiga, quizás encima de un niño, «y el responsable sería el Ayuntamiento».

Reivindicación. Jule ya ha remitido a la arquitecta municipal los resultados de este vandalismo y espera que se subsanen los fallos de la instalación de las esculturas, «porque esto demuestra que no se ha hecho bien».

El promotor del museo critica que las esculturas estén tan solo sobrepuestas sobre sus peanas, pegadas con pegamento, «pero ese pegamento no hay hecho efecto de ninguna clase». Apunta que las obras se tendrán que sujetar con algún tipo de escuadra. Ya en su día, Jule recomendó al constructor encargado de la instalación que clavara un hierro en la base de las esculturas y sobre el hormigón, pero a la postre no se hizo, solo las pegó con un pegamento «que se ve que no es efectivo».

Más allá de las fotos remitidas, el artista se ha dirigido al Ayuntamiento para pedir una solución, dado que entiende que la actuación está incompleta y tiene que estar todavía en garantía. Así se lo ha tratado de comunicar ya al constructor antes del suceso, aunque apunta que este no le cogió el teléfono. A su juicio, «eso no se puede sujetar con pegamento, tiene que estar anclado, como están las esculturas de madera del Polígono».