«Solvencia, seguridad y ambición». Las tres palabras claves del nuevo Gobierno municipal del Ayuntamiento de Toledo, un equipo formado por PP y VOX gracias al acuerdo que han alcanzado las dos formaciones, que promete «lealtad, cooperación, generosidad y transparencia». Así de claro lo manifestó el nuevo alcalde de Toledo, Carlos Velázquez, esta mañana, minutos después de recibir el bastón de mando de la ciudad de la mano de Milagros Tolón, alcaldesa durante los últimos ocho años, y dar por estrenada una legislatura de cuatro años que estará marcada «por la complicidad con los ciudadanos», recuperando la participación real, «abriendo las puertas» del Ayuntamiento a todos los ciudadanos que lo necesiten, buscando consensos «en favor del interés general» y, sobre todo, «el entendimiento en los asuntos importantes» de Toledo junto a los partidos de oposición, en este caso, el PSOE con once concejales y Unidas IU-Podemos con uno edil.
Velázquez resumió en su primera intervención las líneas básicas del nuevo proyecto municipal y remarcó que la coalición alcanzada entre ambos partidos llevará hacia «un gobierno sin etiquetas» y a cuatro años «de colaboración institucional», subrayó tras resultar investido como alcalde con 13 votos a favor, los nueve de su partido y los cuatro de los integrantes de Vox frente a los once que fueron a parar a Milagros Tolón y el último a Txema Fernández.
En la Sala Capitular del Ayuntamiento, sentado y presidiendo por primera vez, Velázquez felicitó a la Corporación saliente, puso en valor el esfuerzo de los alcaldes y mencionó especialmente a Milagros Tolón por su trabajo en estos años tan difíciles para la ciudad, en referencia a la pandemia de covid. También aprovechó para comprometerse a buscar la mayor sintonía con la Junta por el bien de Toledo con la intención de que se convierta «en un aliado más y se sume a la responsabilidad del gobierno municipal».
En este caso, sostuvo que Toledo necesita el apoyo del Gobierno regional para mejorar la sanidad, la educación o la atención a los mayores, pero también dejó caer que su colaboración es fundamental para culminar distintos proyectos, como el cierre de la circunvalación de Toledo o la cesión de suelo para hacer más sencilla la vida de los ciudadanos», una de las principales líneas programáticas del nuevo Gobierno.
Por otra parte, Velázquez también ahondó en los problemas y asuntos pendientes de Toledo para que luzca «como una ciudad europea con nombre propio que quiere convertirse en referencia de las mejores políticas públicas», combinando una fórmula de dos ingredientes, «tradición e innovación» a través de un proyecto «sólido y ordenado».
Al respecto, el alcalde confía en la salud del pacto alcanzado con Vox y para «darle a los toledanos hechos» y proyectos que faciliten el avance de la ciudad, como lograr en Vega Baja «una zona de convivencia», mejorar «la salud» del Tajo y de sus riberas, dar solución a los problemas de movilidad y de tráfico, redactar y aprobar el Plan de Ordenación Municipal (POM) y abordar el problema de la despoblación del Casco, entre otros asuntos.
Velázquez no quiso terminar su discurso sin apuntar la necesidad de modernizar la administración, promover la construcción de infraestructuras, revitalizar Palomarejos, recuperar el Circo Romano o conseguir que Toledo sea Capital Europea de la Cultura. En definitiva, «tener la vista puesta en las necesidades de las personas y no en las disputas políticas que, con frecuencia, escapan a la realidad de un ayuntamiento».