Una vez más, el famoso macrobotellón, también conocido como ITI, ha tenido lugar en el recinto ferial de la Peraleda en Toledo, atrayendo a una multitud de jóvenes universitarios que acuden a esta conocida área de la ciudad para participar en una de las fiestas más destacadas de la primavera.

En esta ocasión, la presencia policial ha brillado por su ausencia en el evento, permitiendo que la fiesta transcurra sin intervenciones de las autoridades. Tradicionalmente, era común observar un operativo específico por parte de la Policía Local en los accesos a este recinto ferial. Un dispositivo, meticulosamente organizado, que tenía como principal función la restricción del paso de vehículos que portaran equipos de sonido de alta potencia. Esta medida se adoptaba con el objetivo de salvaguardar la tranquilidad de los residentes de barrios cercanos, como los de Buenavista, o evitar conflictos y peleas entre los presentes.

Los agentes de la Policía Local también se encargaban de registrar las bolsas de aquellos que accedían a pie a La Peraleda.

Una ITI rebosante sin vigilancia policial - Foto: David Pérez

Alcohol, ruido ensordecedor de la música de los coches, bullicio, miles de jóvenes... y todo sin presencia policial permanente debido al conflicto laboral entre el cuerpo de policía y el Ayuntamiento por el impago de las guardias localizables. Al considerarse un evento extraordinario no se ha tenido en cuenta en el operativo especial de 2024.

Cabe destacar, que sigue vigente la normativa que prohíbe realizar botellones en la ciudad, aprobada durante la pandemia.

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Esta celebración, originada por la carrera de Ingeniería Técnica Industrial, logra reunir a una multitud que puede llegar a alcanzar entre 5.000 y 6.000 jóvenes, en su mayoría universitarios, procedentes tanto de la ciudad como de diversos lugares de Castilla-La Mancha o de toda España. El considerable flujo de jóvenes desplazándose hacia el evento también impacta en el tráfico en las cercanías del recinto, y la falta de presencia policial para regularlo agrava la situación. Los jóvenes, al tener que atravesar los distintos cruces peatonales de la zona, contribuyen a la congestión del tráfico.