La historia de un barrio a través de una fábrica

Jaime Galán
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La llegada de la nave que ocupó en sus inicios 'Standard' al Polígono trajo consigo una promoción de viviendas y servicios esenciales como luz, agua o teléfono. La obra inicial costó más de 200 millones de pesetas

Estado del interior de la nave industrial hace décadas. - Foto: Yolanda Lancha.

Un 20 de julio de 1971 el por entonces dictador Francisco Franco inauguró oficialmente en Toledo una nave industrial que supondría el primer paso hasta llegar al actual barrio de Santa María de Benquerencia. Por medio de un proyecto creado para descongestionar la zona industrial de Madrid, la empresa 'Standard Eléctrica SA' se instaló en la calle Ventalomar con una plantilla inicial de 1.896 trabajadores.

Esto supuso un antes y un después para el barrio, porque su instalación incluía una promoción de viviendas para el personal -240 vieron la luz de las 340 proyectadas inicialmente-, además de contar con servicios sanitarios, economato, cafetería y comunicación con Madrid. La proyección de esas viviendas en su entorno trajo también recursos esenciales como la luz, agua corriente, teléfono o alcantarillado. El precio total de la obra fue superior a los 200 millones de pesetas, una cantidad cercana al medio millón de euros.

Pese a tener una función vital para la ciudad, la historia de esta nave industrial fue empeorando con el paso de los años y, sobre todo, con las diferentes crisis económicas. Tras 'Standard' llegó 'Alcatel', y el número de empleados bajó hasta los 475 en 2002. Nuevas compañías trajeron más despidos que acabaron llevando a la fábrica a concurso de acreedores en 2008 y, posteriormente, a ser propiedad de un fondo buitre. El inmueble llegó a estar tasado en unos 10 millones de euros.

Años después importantes empresas preguntaron para instalarse allí, pero su fisionomía -más típica de empresas de los años 70 que de la actualidad- fue un impedimento. Su historia reciente se resume en derrumbes, robos, actos vandálicos y hasta un incendio en abril de este año. Ahora, la historia le ha dado una nueva oportunidad. Ojalá traiga más síntomas de crecimiento para la ciudad, como los que aportó en su día.