El pasado viernes 14 de octubre tuvo lugar la entrega de premios del XVII Concurso Internacional de Haiku para Niños del Mundo, organizado por Japan Foundation y Japan Airlines. El acto se celebró en Madrid, en la Residencia del Embajador de Japón en España, Kenji Hiramatsu san.

En dicho certamen han participado 1.449 alumnos de toda España y Argentina. El Colegio Mayol es el único premiado en la provincia de Toledo. De los 7 primeros premios uno fue para la alumna Leonor Jiménez. La segunda categoría de premios se compone de 30 ganadores de los cuales 5 son alumnos del Colegio Mayol: Leire Castillo, Paula Jiménez, Lucía Rey, Inés Rey, Teresa Barrera. 

Las seis alumnas ganadoras recibieron muy ilusionadas sus diplomas acreditativos y premios, así como su nombre en kanji. Fueron acompañadas en el acto por sus familiares, el profesor responsable de la Escuela de haikus don Jaime Lorente y la Directora de ESO-BACH del Colegio Mayol, doña Ana Isabel Bosch. 

Perfeccionamiento del espírituTras unas palabras introductorias del Embajador, se produjo la entrega de premios. Las alumnas obsequiaron al Embajador con un ejemplar del libro artesanal que recopila los haikus realizados en el centro educativo cada año, bajo la colaboración de su AMPA. Y es que en este curso académico se cumplirán 10 años de la creación, en el Colegio Mayol, de la primera escuela permanente de haikus de España en un centro educativo. 

Según Jaime Lorente, profesor responsable de dicha iniciativa, el objetivo desde el comienzo fue «introducir la poesía en las aulas de un modo alternativo, a partir de estos poemas de origen japonés: de acuerdo con la tendencia dominante, se trata de una composición de palabras claras, sin rima ni figuras literarias complejas, que permite a los alumnos recuperar una sensibilidad dormida, olvidada en el espacio natural; es el regreso al mundo analógico descubriendo la atención de los detalles captados por los cinco sentidos. El haiku no es sólo un poema, sino (especialmente) una actitud ante la vida basada en el aprendizaje, la extinción del ego, la atención al instante y el detalle, el perfeccionamiento del espíritu».