El Cristo de la Vega embelesa al atardecer

Mario G. Gutiérrez
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La Cofradía, de la que existen referencias ya en el siglo XVII, realizó su Vía Crucis de traslado desde su sede hasta la Catedral, desde donde procesionará el Viernes Santo

El cristo de la vega ya aguarda en la catedral. - Foto: David Pérez

Pasaban pocos minutos de las 19:00 horas, cuando se abrían las puertas de la Ermita del Cristo de la Vega para que comenzase el Vía Crucis que sirvió de traslado del Cristo de la Vega hasta la Catedral.

Un numeroso grupo de fieles acompañaba a la talla restaurada, tras la quema por parte de los franceses de la talla, durante su recorrido evocando el camino de Cristo hacia el Gólgota.

Precisamente esa travesía, pareció evocar la subida tras cruzar la el Puente de la Cava, dirección a la Puerta del Cambrón. Fue allí, en el entorno de la figura que recuerda a las víctimas de la Covid obra de Rafael Canogar, donde se agolparon decenas de personas para ver ascender la imagen del Cristo de la Vega, que a su vez se sumaron al cortejo.

El considerable incremento de fieles formó un cortejo en el que los participantes, tanto coro como portadores, vestían tonos negros, y el resto de personas que se sumaron vestían ropa de calle, con el distintivo en algunos casos de la medalla de la Cofradía.

Ya con el notable aumento de gente, arroparon a la talla en madera, que a hombros de los anderos que portaron el paso por el recorrido que separa la sede canónica del punto de inicio de la estación penitencial del Viernes Santo, discurrieron junto a un coro de capilla que amenizaba entre las estaciones del Vía Crucis.

Tras la bajada de la Cava, y cruzar la Puerta del Cambrón, llegó un emotivo momento cuando la Hermandad del Cristo de la Humildad ofreció en la puerta de San Juan de los Reyes, un ramo de flores en signo de buena sintonía entre ambas entidades.

Continuó el recorrido por la calle del Ángel, para recorrer Santo Tomé, y cruzar la Plaza del Salvador, alcanzando la calle de la Trinidad, y bajar por Arco de Palacio hasta la Plaza del Ayuntamiento, donde se vivió otro de los momentos más emotivos y esperados, el encuentro con la Cofradía del Cristo Nazareno Cautivo de Toledo.

Acto seguido se encaminó la comitiva hacia la Puerta Llana del templo catedralicio para proceder a poner fin al traslado de la imagen y el rezo del Vía Crucis que se había desarrollado durante el mismo.

Tras este sobrio Vía Crucis, la Hermandad mostrará todo su esplendor durante la procesión del Viernes Santo en la que la imagen procesionará sobre andas de madera con dos cuerpos, alumbrando a la imagen cuatro faroles con cinco brazos cada uno, siendo portada 20 por cofrades, con sus relevos correspondientes. Además estará acompañada por su propia banda de cornetas y tambores.