Lo que nació como unos vecinos individuales que ponían un puesto de venta de segunda mano, evolucionó en una 'Jornada de Convivencia Vecinal', que este año ha congregado a cientos de personas, del barrio y visitantes, con música en directo y paella para cuatrocientos cincuenta comensales. Este sábado, Valparaíso y la Asociación de Vecinos Río Chico ha celebrado un exitoso mercadillo de segunda mano e intercambio, en la que el buen ambiente, y sobre todo los niños, fueron protagonistas.

El mercado, o 'Ecomercadito', por aquello del reciclaje de la segunda mano, apunta la presidenta de Río Chico, Belén Molina, se lleva desarrollando en el barrio desde hace un lustro. Cada vez más son los niños los protagonistas que, ilusionados, han estado preparando la jornada durante días, organizando su puesto desde que lo tienen adjudicado y los juguetes que querían vender o cambiar. Además, acabaron todos todavía más contentos, dado que todos lo vendieron todo, en la mayor parte de las veces para coger dinero y comprar juguetes a sus amigos. Ellos también han sido los encargados de hacer, ilusionados, toda la cartelería del evento.

Además de juguetes. Porque en la avenida del Madroño los juguetes fueron protagonistas, muchos de ellos intercambiados, acompañados eso sí de ropa, discos, bicicletas o libros; en definitiva, muchos artículos sin uno en el hogar que han recibido una segunda vida. Todo ello, en unos cuarenta puestos adjudicados por la Asociación de Vecinos en orden de inscripción.

Exitoso mercadillo de segunda manoMás que la venta de productos de segunda mano, concluye Molina, lo importante de esta jornada ha sido fomentar el concepto de la reutilización, y también la convivencia vecinal. La paella y la música hasta las seis de la tarde organizadas por la Asociación también tuvo mucho que ver en un día en el que además la lluvia llegó a respetar.

Además, durante la jornada hubo ajedrez, gracias a la colaboración de Río Chico con el Club de Ajedrez de Toledo y estuvo presente Carlos, un artesano del esparto, que quiere organizar un rondo de esparto con niños y adultos en el barrio para que no se pierda la tradición. Estuvo haciendo corazones de esparto en un taller con niños y explicando la antigüedad de su trabajo a todos los que se quisieron acercar.

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