El éxito de una estrategia visionaria

SPC
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Ignacio Galán es el impulsor de la gran revolución de Iberdrola que arrancó en 2001 con el diseño de un plan de energías renovables orientado al cliente que triunfa en todo el mundo

El éxito de una estrategia visionaria - Foto: Matthew McDermott

La llegada de Ignacio Galán a Iberdrola en 2001 supuso una importante transformación de una de las grandes empresas españolas. Procedente del sector de las telecomunicaciones, donde había sido consejero delegado de Airtel Móvil (hoy Vodafone), Galán se incorporó como vicepresidente y consejero delegado a una enseña centenaria en un momento convulso tras la opa fallida de Endesa. 

 Tras recorrer todas las instalaciones de la empresa y entrevistarse con más de 1.000 empleados y directivos en los primeros meses, el presidente de Iberdrola diseñó una estrategia orientada al cliente, que aprovechara al máximo el potencial de una compañía que contaba con una sólida base de activos y con un magnífico equipo de jóvenes profesionales, preparados para emprender un proyecto ilusionante y ambicioso. 

 Convencido de que se abría una etapa de grandes oportunidades para dar un salto cuantitativo y cualitativo que impulsaría a Iberdrola a posiciones de liderazgo europeo, Galán presentó su primer Plan Estratégico (2002-2006) con el objetivo de duplicar el tamaño y los resultados de la compañía en apenas cinco años. Las inversiones previstas en ese inicio ascendieron a 12.000 millones de euros, destinadas básicamente a la construcción de infraestructuras de generación y redes, con un peso creciente de las energías renovables, principalmente la eólica. 

 Su visión sobre el entorno energético se anticipó a las tendencias del sector, al asumir, en línea con los planteamientos del Protocolo de Kioto, que la utilización masiva de combustibles fósiles no era el futuro y que el cambio hacia la descarbonización progresiva de la economía y el crecimiento de las energías limpias para combatir el cambio climático era imparable.

La apuesta decidida por las energías renovables, en particular la eólica, fue recibida con escepticismo, por quienes no supieron percibir los vientos de cambio que se avecinaban. 

En 2007 y 2008, Iberdrola entró en los mercados de Reino Unido y EEUU tras la adquisición de las compañías ScottishPower - la sexta eléctrica en UK con el 13% de cuota de mercado- y Energy East, respectivamente. Al mismo tiempo, Iberdrola multiplicaba su crecimiento en México y Brasil. 

Estos proyectos vinieron acompañados de nuevos mercados internacionales, como Australia, Japón o Singapur, donde la compañía ha ido desarrollando planes renovables y ya cuenta con una capacidad instalada de casi 3.000 MW limpios. 

Veintidos años después, Iberdrola es la mayor compañía energética de Europa por capitalización bursátil y la segunda eléctrica del mundo con un valor que ronda los 75.000 millones de euros, líder en renovables.