Antonio Pérez Henares

LA MAREA

Antonio Pérez Henares

Escritor y periodista. Analista político


La merma de Sumar

04/04/2023

Se sorprende uno a sí mismo al escribir y percibir que siente una cierta compasión por Pablo Iglesias. Al ver a la parva que se juntó el domingo, el "preclaro" Garzón, la "pulida" Colau y el "niño" Errejón, para arropar y entronizar a la "alba vestal" Yolanda Díaz no puede uno dejar de pensar en quien enterraban como a un desperdicio, pero que fue quien los puso a todos allí, en especial a ella a quien nombró sucesora y que ha hecho lo que viene a ser lo común desde tiempo inmemorial: degollar al sucedido y exterminar a toda su familia por si tienen tentaciones de venganza.
Porque de eso se trataba, oficiar el entierro de Podemos en un jubiloso funeral donde al difunto ni se le citaba en el reposo y convertirse, tras ser ungida por Sánchez como su nuevo báculo y sostén, en apariencia mucho menos espinoso y mucho más complaciente, para poder seguir manteniendo su amado colchón de Moncloa. Disculpen que a la autoproclamación de "Presidenta Yolanda" le de menos credibilidad que a una promesa de "Pedro Verdades", su patrocinador y protector. Que de eso y de nada más va esto por mucho que se maquille y se blanquee la túnica cándida con que se quieren presentar.
Iglesias hizo a Yolanda vicepresidenta, lo mismo que hizo al desahuciado Garzón, que le suplicaba cobijo, ministro y llevó al paraíso a millares de sin oficio, su familia claro al mejor chalet, con chófer, escolta y un pastón y que ahora, para seguir pillando entienden que no queda más remedio que desprenderse del él y borrar de la faz del poder a su clan. Al estilo egipcio, tan de actualidad, lo van a cancelar, o sea que no quede ni de él ni de su memoria ni de la de los suyos ni una inscripción.
Esa es toda la intención, y cuentan a su favor que el despeñado líder ha ido dejando en su estela una ristra de cadáveres por lo que se ve mal matados y que, en una rebelión zombi, están volviendo a la vida para acuchillarlo a el y a sus fieles mujeres, porque son ellas, con Irene e Ione a la cabeza, las últimas de la estirpe morada, a la que por si no se han dado aún cuenta hasta le han cambiado el color. Ahora todo ha de ser blanco y oler a azahar.
A la cosa le han puesto Sumar y es lo que es, la expresión de un deseo y un revoltijo de siglas, personas y colocados de aquello que empezó un 15-M y que, eso no se lo pueden negar, aunque se lo nieguen, Pablo Iglesias consiguió amalgamar y llevar al cielo, o sea a la Moncloa y al poder, que es lo que querían decir y que es donde, desprendiéndose del desperdicio morado, se quieren quedar. Lo demás, farfolla.
Esa es la jugada y su diseñador no es otro que Pedro Sánchez con Bolaños, de nuevo gurú. Sobre el tablero no está mal, pero no sé yo como va a resultar en la realidad. Lo primero por la pauta temporal. Yolanda la Blanca, se presenta a las generales y ahora lo que toca son las municipales y ahí el lio va a ser descomunal. En un lado irá con las marcas locales, la Colau, con bastantes papeletas y ahora aumentadas, de palmar o los de Compromis en Valencia y los de Mas Madrid, Errejón, Mónica y Rita en Madrid y en los demás no se sabe ni hoy se puede contestar. Suponen que significará la definitiva hecatombe de Podemos y que eso les vendrá bien. O que se rendirán, y mejor.
Pero ¿de verás se cree alguien que Iglesias va a poner sumisamente su cabeza en la guillotina? Pues no lo tengo nada claro ni que todo este potaje, muy de Semana Santa, vaya a sumar. ¿Sumar matando a Podemos y a quien ha sido su referencia primera y esencial?. Con perdón, me parece que eso es restar. Que es merma y que nos toman un poco a todos los demás por mermados. Vamos, que Susana cuenta a los votos volando como nos cuenta a los parados, pero al revés. Y que esto más que sumar lo que puede hacer sea restar. A dos meses vista y a nueve después aún más.
Si además tenemos en cuenta lo que ha sido constante en el devenir histórico de la extrema izquierda a lo que siempre ha conducido ha sido es a multiplicar la división y a enconar la pelea cainita. En el Magariños lo que podía estar empezando, más que la subida a los altares de la "Presidenta Susana", era el rodaje de una nueva versión de La Vida de Brian. Un poco mermada, eso sí.