La batalla para retrasar el primer móvil se extiende por España

EFE
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Madres y padres de distintos puntos del país unen sus fuerzas para romper con la «dinámica enquistada» de dar un teléfono a los niños a los 12 años y piden restringir su uso en el colegio

Una adolescente observa un vídeo de una ‘influencer’ en su terminal. - Foto: EFE

La llegada del primer móvil a la vida de los menores es ya un debate en auge: un chat de madres y padres de Barcelona rechazando la «normalización» de entregar un teléfono inteligente a los niños a los 12 años ha provocado un tsunami que se ha ido extendiendo desde Cataluña a toda España.

En estos momentos, más de 9.300 miembros de Telegram están luchando para «rebajar al máximo la presión social ante la compra de un móvil» a los adolescentes y «romper una dinámica enquistada» que asume como «normal» la llegada del teléfono al acabar la primaria, explica uno de los portavoces del movimiento, Xavier Casanovas. Para ello, persiguen «empoderar a las familias que quieren aplazar la llegada de los móviles a la vida de sus hijos» y que éstos «no sean los raros de la clase».

Casanovas insiste en que es «insuficiente» regular los smartphones en los institutos y cree que es «imprescindible restringir su acceso y uso en la educación obligatoria». Sin poner en cuestión la importancia de educar en el uso de las tecnologías, este grupo defiende que hasta los 16 años «no es necesario hacerlo con el móvil en el bolsillo».

La iniciativa se ha ido extendiendo y engloba otros grupos activos en distintas partes del país. Por ejemplo, en La Rioja más de 340 familias y docentes se han unido en un chat con el objetivo de «aunar fuerzas para hacer frente al problema de las pantallas entre niñas, niños y adolescentes».

Además, en toda España hay colegios que han tomado las riendas para regular el uso de los terminales. Comunidades como Galicia o Madrid cuentan con una normativa que elimina la utilización de los dispositivos en los centros educativos para uso recreativo y personal, pero no en actividades lectivas, mientras que la mayoría de autonomías lo dejan en manos de las escuelas.

En Cataluña, donde la mitad de los colegios tienen ya algún tipo de regulación, la presión de las familias ha abierto un debate para extender la norma a partir del próximo curso 2024-25, lo que se hará mediante un «marco general» que determinará la Generalitat, si bien será cada centro el que concrete sus reglas según su «realidad» y «especificidades».

En otras regiones no existe una regularización específica, pero la mayoría de institutos tienen sus propias normas al respecto. Es el caso de Aragón o la Comunidad Valenciana, que cuentan con varios centros «libres de móviles», en los que si se usa el teléfono se les abre un parte de disciplina y se les retira.