Revolución en los trasplantes

Agencias
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Un estudio abre la puerta a cultivar en un futuro tejidos y órganos utilizando modelos de embriones sintéticos generados sin óvulos, espermatozoides ni útero

Revolución en los trasplantes - Foto: Imagen de PublicDomainPictures en Pixabay

Los últimos hallazgos en reproducción asistida, con embriones creados sin óvulos, espermatozoides ni útero, son clave para la creación de tejidos y órganos que pueden ser usados en trasplantes en un futuro. Así se puso de manifiesto ayer en el congreso internacional IVIRMA, en Málaga.

En concreto, un equipo de investigadores fue capaz de generar células sintéticas de ratón sin restricciones de desarrollo y descubrió un potencial de desarrollo embrionario y extraembrionario en plataformas que simulaban un útero controladas electrónicamente, creando así embriones completos con órganos. El resultado fue un modelo de embrión artificial de ratón con células progenitoras o especializadas con un corazón que late, un cerebro con pliegues bien formados, un saco vitelino, un tubo neural, un tracto intestinal, una placenta y una circulación sanguínea incipiente con tan solo ocho días de desarrollo, casi la mitad de los 20 días de gestación que requiere ese animal.

Durante el experimento, el equipo se propuso cultivar un modelo de embrión sintético solo con células madre de ratón, cultivadas durante años en una placa de Petri, prescindiendo de la necesidad de partir de un óvulo fecundado.

Como explicó el doctor Jacob Hanna, responsable del trabajo, «el embrión es el punto de partida perfecto para generar órganos y la mejor bioimpresora en 3D, y eso es la clave para crear mecanismos que permitan hacer que las células madre se diferencien de las células especializadas del cuerpo o directamente formen órganos enteros».

Abanico de posibilidades

El objetivo más realista a largo plazo es estudiar cómo las células madre forman diversos órganos en el embrión en desarrollo para abrir nuevos horizontes terapéuticos en materia de trasplante, lo que podría dar lugar a la posibilidad de que algún día se cultiven tejidos y órganos usando modelos sintéticos. Además, el proyecto podría contribuir a simplificar el debate ético de experimentar con embriones naturales y reducir las pruebas con animales.

El próximo reto es entender cómo las células madre saben qué hacer: cómo se autoensamblan en órganos y hallan el camino hacia los lugares asignados en un embrión.