Teodoro Sobrino presenta batalla a Burillo

J. M. Loeches
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El asistente internacional ciudadrealeño pretende convertirse en asambleísta para pelear la presidencia de la Federación de Fútbol de Castilla-La Mancha en un proceso que considera «poco transparente»

Teodoro Sobrino

El asistente internacional ciudadrealeño Teodoro Sobrino está encabezando una precandidatura a la presidente de la Federación de Fútbol de Castilla-La Mancha, llamada Más fútbol, con la pretende presentar batalla al actual mandatario Pablo Burillo. De momento, ha denunciado la composición de la junta electoral que debe velar por la limpieza del proceso, que considera «poco transparente».

Y es que, los elegidos para este cometido son tres miembros de la actual junta directiva. Sobrino entiende que quiere ser reelegido «a la búlgara, sin que nadie le rechiste». Asimismo, explica que las elecciones, fijadas para el próximo 1 de marzo, «apenas se han publicado de una manera ética, pues lo han hecho en su página web, pero tienes que rebuscar para encontrarlo».

Por tanto, la precandidatura Más Fútbol considera que el proceso nace plagado de irregularidades, porque, al menos dos de los miembros de la junta electoral, «se enteraron horas más tarde de delegar el voto que habían utilizado el nombre de su club para presentar a una persona que nada tenía que ver con el mismo», explica.

Los tres miembros son Javier García Mingo, responsable de competiciones, con el voto delegado del CD Torrijos; Jorge Zamora, delegado de la propia federación en Albacete, con el voto delegado del CD El Casar; y Javier Cava, delegado de la federación en Cuenca, en representación del CF Benquerencia.

Por tanto, Sobrino insiste en que «la gran familia del fútbol de Castilla-La Mancha, compuesta por clubes árbitros, jugadores, entrenadores y todos aquellos que aman el deporte, deben abrir los ojos y denunciar este comportamiento caciquil de quien no espera más que perpetuarse al frente de su cargo, siguiendo modelos obsoletos y arcaicos, basados en grandes vividores como Porta, Roca o Villar, o personas más próximas, como Rubiales, cuyos comportamientos han sido claramente censurados por el mundo del fútbol y la opinión pública».