Antonio Herraiz

DESDE EL ALTO TAJO

Antonio Herraiz


Guadalajara en Ibiza

06/07/2023

Ibiza y Guadalajara no guardan semejanza alguna. Si buscamos parecidos, ni siquiera podemos tirar del dicho que compara el huevo y la castaña. En el corazón de Castilla, el mar apenas apareció en un eslogan turístico que se topó con la realidad esquilmadora de propios y extraños y la farra por aquí se identifica más con la charanga y la verbena que con la macrofiesta sin final. Allí, casas encaladas, y por los dominios de las sierras del norte, techos de pizarra; en Ibiza, su único río -el de santa Eulalia- se despide en un suspiro mientras que en Guadalajara vemos discurrir el Tajo en su largo camino de más de un millar de kilómetros hacia Lisboa. Sin embargo, la isla pitiusa guarda rincones con vínculos al alcarreñismo más auténtico. 
En Sant Joan de Labritja, a escasos metros de este coqueto pueblo al norte de Ibiza, encontramos el restaurante Shamarkanda. Su cocina es un maridaje perfecto de culturas con platos de todas las partes del mundo. Te puedes comer desde un Humus libanés de edamame hasta unas albóndigas de cordero; de un Baba Ganoush de berenjena a la brasa, típico de la cocina árabe, a una carrillera de ternera. Todo con un sabor auténtico, una calidad elevadísima, un servicio profesional y cercano y a precios más que razonables si damos un vistazo por la isla. ¿Y qué tiene que ver Shamarkanda con Guadalajara? Al frente del establecimiento está Nacho Asensio, un conocido guadalajareño con orígenes en Luzaga, que ha conseguido triunfar en el complicadísimo mundo de la hostelería ibicenca. Junto a su pareja, Ludy Blanco, han elevado a Shamarkanda al pódium de los mejores restaurantes de la isla, tanto en el fondo como en la forma. 
En Santa Gertrudis de Fruitera, la lavanda está estos días en flor en un espectáculo de aromas y colores que conocen de sobra los campos de Brihuega, Almadrones, Algora y todos los puntos en los que se ha ido extendiendo el cultivo de esta planta. En esa comparación tan recurrente, en Ibiza hablan de la Provenza francesa, ignorando que los que han llevado la lavanda hasta allí son una empresa de la provincia de Guadalajara. Los hermanos Juan José y Rubén de Lope, de Alcarria Flora, han sido los encargados de teñir de morado una gran finca del centro de la isla. Su propietario recurrió a ellos sabedor de que es una de las compañías más valoradas en todo lo que tiene que ver con la plantación y el asesoramiento de las aromáticas. Es el mismo paso que ha dado la abogada y empresaria Valle de la Riba Leiva, presidenta de Puerto Sherry y Fundación Vela Clásica de España. En su villa que mira a cala d'Hort y al islote de Es Vedrá también ha reservado un par de hectáreas para plantar lavandas alcarreñas, ofreciendo a sus huéspedes la posibilidad de disfrutar de puestas de sol únicas.  
Puede que tenga algo menos de glamour que la lavanda. Da pie a menos postureo, es evidente, aunque alimente tanto el cuerpo como el espíritu. No es novedad que en cualquier supermercado de España te puedes encontrar, destacado en uno de los lineales, un pequeño espacio reservado para los torreznos de Tendilla. El empresario Jesús María Muñoz Sánchez ha llevado el nombre de su pueblo, del que es alcalde, hasta los confines más recónditos. Y llámenlo provincianismo o como les dé la gana, pero comprar unos torreznos en un súper cerca de Cala Llenya y plantarte a comerlos en la playa, con una cerveza bien fría al atardecer, no es comparable con casi nada. Esto para los amantes del esnobismo.