La alegría contagiosa con el tercer quinto se propagaba como un regalo colectivo por toda la ciudad de Toledo cuando la lotería de Navidad anunciaba el 88.979.

Ilusión, sonrisas y esperanza de que el dinero en estos tiempos que corren viene muy bien. No importa si es un premio modesto, el impacto se magnifica en la emoción compartida. 

Amigos, familiares y vecinos se felicitan unos a otros, y el lotero del barrio se convierte en la persona más especial. 

Ignacio Galán en su administración número 7 de Toledo. - Foto: David PérezEn la administración de la Calle Andalucía 5, en Toledo, Ignacio Galán, no se lo podía creer, con la venta de dos décimos. «Llevo con la administración unos tres o cuatro años y hace ya un par de años dimos el tercero del sorteo El Niño y estamos muy contentos de nuevo. Estas cosas te hacen trabajar con más ganas y más ilusión, y así el trabajo se ve recompensado, es bueno para el barrio y para los clientes. Ha sido a través de máquina, y estamos muy contentos», señalaba Galán. 

Dos décimos «vendidos en máquina» que se convierten en lo más grande, y que se traducen en 12.000 euros para poder disfrutar de estas fechas con algún capricho de más en la mesa de nochebuena junto a tus seres queridos. 

CALLE COMERCIO. En sólo unos metros de distancia conviven dos administraciones de lotería, pero en ocasiones como esta están unidas por mucho más que esa cercanía física. Lo que Doña Lola y La Caprichosa tienen en común con la Administración número 7 de Toledo es que también repartieron suerte con ese 88.979 en el día de ayer. 

Los dos establecimientos de la calle Comercio vendieron un único décimo de este número, de modo que cada administración repartió 6.000 euros cada una.