Tres días después de ganar las elecciones autonómicas, Emiliano García-Page anunció que quiere reformar el Estatuto para aumentar el número de diputados. En su discurso del Día de la Región argumentó que con los 33 escaños actuales de las Cortes regionales el sistema electoral autonómico resulta «deficitario», pues esgrime que el PSOE consiguió más votos y porcentaje que hace cuatro años, pero estuvo a punto de perder la Junta por un margen de unos mil votos en Ciudad Real. De hecho, durante algunos momentos de la noche electoral, al PP le daba la suma con Vox para hacerse con el Gobierno regional.
Con 33 diputados en las Cortes, Castilla-La Mancha tiene uno de los parlamentos autonómico más pequeño de España. Tiene los mismos diputados que La Rioja, que es una región uniprovincial. Pero es que incluso en el parlamento de Cantabria son más, con 35, igual que ocurre con la Asamblea de Murcia y el parlamento asturiano, que tienen 45. Las diferencias son mayores con parlamentos de regiones pluriprovinciales, pues en Extremadura hay 65 diputados, en Aragón 67 y en Galicia 75.
En el caso de Castilla-La Mancha, la vez en la que las Cortes contó con más parlamentarios fue con 49, en la legislatura que fue de 2011 a 2015. Después se bajó a los 33 actuales. Tomando como referencia esas últimas Cortes a 49 y el reparto que había de escaños por provincias, ¿cómo habría cambiado el resultado de las últimas elecciones autonómicas?
La respuesta es que el resultado no habría variado mucho. Cogiendo los votos del pasado domingo y aplicando la Ley D'Hondt con los 49 diputados que había hasta 2015... resulta que Page habría ganado y conservado la Junta por un escaño de diferencia, al igual que ocurrió el pasado domingo.
El PSOE habría conseguido 25 parlamentarios, justo cruzando el umbral de la mayoría absoluta. El PPhabría logrado 19 y Vox 5, de forma que la suma habría dado 24. Con 49 diputados en las Cortes no habrían entrado nuevos partidos en el Parlamento.Unidas Podemos, que fue el cuarto más votado en todas las provincias, tampoco habría conseguido ningún parlamentario. En cambio Vox sí que habría logrado representación por Cuenca, la única provincia en la que se ha quedado fuera en estos comicios.
La clave de las provincias pares. Esta simulación permite también comprobar que es clave que las provincias sean impares, pues permiten marcar diferencias entre los bloques de votos de derecha e izquierda. Con el reparto que había de 49 diputados, casi todas las provincias menos Ciudad Real tenían un número par. Eso habría hecho que en esas cuatro provincias se diese un empate de escaños entre bloques. En Toledo se repartían 12 y habrían sido 6 para PSOE, 5 para PP y uno para Vox. En Albacete se repartían 10, que se habrían dividido entre 5 para PSOE, 4 para PP y uno para Vox. Guadalajara y Cuenca tenían por entonces ocho diputados cada una, que se habrían distribuido con 4 para el PSOE, 3 para el PPy uno para Vox en ambos casos.
La clave habría estado en Ciudad Real, al igual que el pasado domingo. Al ser la única impar –con 11 diputados– habría otorgado 6 al PSOE, 4 al PPy uno a Vox, sacando en este caso el partido de Page un diputado de diferencia al bloque de derechas.