«Tenemos como prioridad que no llegue al gobierno la derecha»

Leticia G. Colao
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No es su primera aventura en política municipal, pero sí la más importante. Cordero lidera como independiente la confluencia de izquierdas, apuesta local y comarcal que busca regresar al Ayuntamiento con el objetivo de evitar las políticas de derecha

Fidel Cordero, candidato a la Alcaldía de Talavera por Unidas por Talavera. - Foto: Manu Reino

Unidas por Talavera, confluencia de izquierdas que reúne a IU y Podemos e independientes. En 2019 no se consiguió esta unión, ¿qué ha hecho que ahora sí?

Como es lógico quedó entonces la sensación de que era una tarea pendiente, de que deberíamos volver a juntar unas sensibilidades distintas que nunca debieron estar separadas y este pasado otoño ya empezó a haber algunas conversaciones pero sobre todo ha sido el impulso de este año cuando se ha concretado. Creo que en líneas generales siempre hay excepciones, pero todo el mundo ha apreciado que la confluencia no solo era necesaria sino que era interesante, las organizaciones necesitan también ese sentido asambleario y participativo, necesita una visión comarcalista.

¿Será consciente la ciudadanía de este compromiso por unir sensibilidades? ¿Se dejará notar en las urnas?

Sí, tengo bastante confianza porque el resultado solo unos meses después de aquella división fue en votos para Unidas Podemos y nos da un suelo, han pasado cuatro años, pero importante, como para tener una representación. No quiero hacer conjeturas, pero entre dos y cuatro, da para eso. Representa eso socialmente. Aunque haya gente con sus filias y sus fobias, la labor que se ha hecho desde el Gobierno central  también transmite esa idea, de que el gobierno del PSOE con ese sector a su izquierda ha avanzado en más cosas.

Mayoría independiente en Unidas por Talavera y en los primeros puestos. ¿Fue difícil llego a esto, hubo algún tipo de tensión?

No, ha sido consensuado. Una de las polémicas en las que se pierde mucho tiempo y mucha energía es lo que tiene que ver con procedimientos. Cuando estuvimos en Ganemos fuimos más así y se pierde mucha energía y se crean tensiones innecesarias que pasan factura tiempo después. Creo que no hace ninguna falta, todo lo que se puede hacer de consenso, mejor.

Estuvo en el proyecto de Ganemos y luego en Ahora Talavera. Ahora encabeza Unidas por Talavera, cómo cambia el panorama siendo el cabeza de cartel...

Te tengo que confesar que aún en nuestro caso que hablamos mucho de equipos y asambleas, se suele hacer una percepción de todo el juego electoral demasiado personalista, para mi gusto. Se enfoca todo demasiado en las personas que están ahí, en sus características personales. Yo estoy muy orgulloso de que pensaran en mí precisamente para hacer de nexo de unión entre las diferentes sensibilidades pero yo creo que un terreno en el que tendríamos que avanzar mucho todavía social y políticamente es no ser tan personalista, estar más en cuestiones de lo que somos, de sectores, de grupos, defensa de intereses más amplios.

Algo ha conseguido. En sus carteles electorales no está sólo el número 1 sino en este caso, también la número 2, Elena Morales.

Sí, estamos juntos. Para dar esa idea, estuvimos planteándonos incluso hacer una foto de equipo pero como se suele hacer una percepción muy centrada en una persona, en un nombre, en una cara, hacer una imagen de grupo hubiera podido dispersar demasiado.

¿Puso usted alguna condición para encabezar el proyecto?

No, la única condición fue que hubiera una voluntad positiva de consenso y estar todas a una.

¿Qué le convenció para dar el paso?

Precisamente que vi que gente de diversos sectores y edades me proponían. En la primera reunión para ver si llegamos a un acuerdo, y para mi sorpresa, la candidata Verónica Mora, ahora tercera en la lista, me propuso a mi y vi gente de X Talavera que también lo apoyaban, gente como Nazario García, que ha tenido también experiencia política amplia hace años... fue esa coincidencia en la propuesta  la que me hizo pensar al principio que si yo podía ayudar a esa vinculación, bienvenido el esfuerzo y la responsabilidad.

Poner un pie en las instituciones otra vez, es muy importante, un pie o dos o tres o cuatro, o los que vengan, es el punto de partida para retomar esa unidad que nunca se tenía que haber perdido y esa posición amplia en la ciudadanía. No es fácil  cuantificarlo, las encuestas no son fiables, pero cuando se puede representar cerca de un 15% de la población, es importante tener esa alternativa siempre ahí consolidada.

¿Qué repercusión puede tener en lo local las medidas tomadas a nivel nacional por Podemos e IU?

Tiene dos puntos muy importantes, es una contribución esencial. Uno, clarificación y reconocimiento, y otro, fuerza. Cuando dices quien  eres y te posicionas ideológicamente, está muy claro, y te ayuda. La percepción de fuerza también es importante, por desgracia todos los grupos que se hacen desde un punto de vista comarcalista, a pesar de eso se te percibe siempre como falto de esa fuerza. En general si quieres hacer una acción local  y comarcal, tener el refuerzo de una organización de un ámbito más amplio, ayuda muchísimo.

Existen otros partidos de carácter municipalista, Nosotros Talavera y Aquí Ahora, ¿en qué se diferencian de Unidas?

Yo creo que nos lo han puesto fácil en el buen sentido.Por un lado por lo que hablamos, nosotros tenemos ese respaldo y trayectoria que ellos no tienen. Luego por una pura cuestión ideológica, nosotros tenemos una definición ideológica clara... en el debate de urbanismo del otro día, se hablaba de vivienda como derecho, solo hablábamos nosotros, más allá de la pose de la sostenibilidad y la ciudad compacta, pero ¿se habla de medidas reales? Nosotros tenemos una posición clara.

Creo que un problema de las alternativas que se pretenden además de la falta de apoyo, es que tiene una  orientación muy conservadora, se habla demasiado de empresa e iniciativas empresariales y poco de la gente común, de la gente trabajadora. Estoy siendo generoso, más que muy poco, nada. Y más que mucho de empresas, todo. Parece que todas las soluciones locales y comarcales van a venir de las iniciativas empresariales, y parece que todas tienen que venir de fuera, y nosotros no estamos en esa. Insistimos mucho en que las ayudas externas vienen bien pero que el desarrollo tiene que ser sobre todo endógeno, tiene que ser el potencial de aquí el que se refuerce y las administraciones lo que tienen que hacer es ayudar a ello.

¿Por qué hay que votar a Unidas por Talavera?

Hay una cuestión de posicionamiento muy claro. Más allá del eje tradicional de izquierda-derecha, si nos situamos en un eje entre intereses por la comarca y por lo local, estaríamos en ese punto, y si nos ponemos a ver defensa de la comunidad, del común, de la gente trabajadora, ahí estamos prácticamente solos, porque por desgracia la gente que se sitúa tradicionalmente a la izquierda o dice defender más al conjunto de la población trabajadora, por lo general están alejados de lo comarcal. Están dependiendo muchísimo, es el caso del PSOE, de todo lo que venga del Gobierno regional. En este caso la dependencia es muy clara en su propia comunicación, no hay que analizar mucho más allá. Siempre Tita-Page, Tita-Page... siempre con el apoyo, las promesas, el dinero que van a llegar...

¿Cree que ese tándem beneficia ahora a Tita?

Es un arma de doble filo, evidentemente le aleja de una buena posición en el sentido de lo local  y lo comarcal, por otro lado puede darle un refuerzo. Nosotros y nosotras tenemos la ventaja de ese refuerzo de un ámbito superior al local y comarcal pero al mismo tiempo estamos con unos pies muy centrados aquí.

¿En qué incidirá el partido, cuáles son los puntos principales de su programa?

Nosotros lo queremos defender con tres colores que defienden claramente nuestra tradición, verde, rojo y violeta. En lo verde ahora todo el mundo se quiere sumar al carro, hemos ido avanzando y hace unos años te consideraban demasiado avanzado o un lunático. Ahora todos se dan cuenta que la eficiencia energética es imprescindible, que la ciudad necesita más arbolado, que hace falta que haya una normativa de poda, que hacen falta más espacios verdes, que el río tiene que traer agua, la movilidad activa... El punto verde es clarísimo en nuestra trayectoria.

El punto violeta, la defensa feminista también, y de nuevo no una pose. En nuestra tradición siempre ha habido ese ingrediente y es que el feminismo es cosa de todos y de todas. Siempre he sido un defensor de todas las propuestas feministas porque considero que no se puede hacer un pleno desarrollo de la igualdad ni un sentido democrático completo si se quiere dejar a una parte fuera. Todavía hay muchísimo que avanzar. Yo soy funcionario en la educación, donde parece que la mujer tiene todo pero tenemos que lidiar muy frecuentemente, con conatos de grupillos de chavales donde se ve que el respeto a las compañeras deja mucho que desear.

El rojo, lo cooperativo, lo comunero, el movimiento obrero es evidente. Estamos siempre en una defensa de los intereses de la comunidad. Más allá del concepto de trabajadores frente a empresarios, cuando se habla de lo comunero englobas a toda la comunidad y solo se excluye de esto aquel que mira por intereses ajenos, intereses oligárquicos.

Hablan de que tienen un carácter comarcalista, ¿esto cómo es?

Creemos y queremos que Talavera esté integrado totalmente en la comarca, superando lo meramente folclórico. Ya en Ganemos ponía el ejemplo de las Mondas, se intercambian bastones, estupendo, pero por qué no se hace una mancomunidad comarcal. Hay mancomunidades comarcales, puede existir como entidad, en el artículo 141.3 de la Constitución da pie, ejemplo El Bierzo. Si organizamos una mancomunidad política y comercialmente fuerte, -por ahí nuestra apuesta por una marca de calidad comarcal-, tenemos asegurado no solamente productos muy variados, sectores sino también una distribución en una zona muy amplia, y sobre todo tenemos política y económicamente un intento o un proyecto de construcción de algo que se está dando ya en otros terrenos. En el área sanitaria, por ejemplo, aquí se atienden cartillas de Castilla y León.

Esa realidad comarcal que ya tenemos, convertirla en una realidad política y económica.

¿Cómo definiría la gestión que se ha hecho en los últimos años de la ciudad?

Creo que la última legislatura, entendiendo todas las dificultades que hubo con la pandemia y el confinamiento, ha sido una gestión demasiado demorada. Las iniciativas que se han tomado han sido en general positivas pero van muy lentas. Movilidad activa y carril bici, arbolado... hay que hacer bastante más y bastante más en profundidad. Y con menos dependencia de las iniciativas externas y con más proyección, nosotros apostamos por el desarrollo  endógeno, pero tenemos que darle más proyección a una ventaja que tenemos sobre otras comarcas, que estamos al lado de una conurbación, Madrid. No hablo solo del transporte, es más allá, es un mercado. Cuando tienes la oportunidad de que el aceite que produces, o la miel o los embutidos, no solo se consuman en tu comarca, que ya hablamos de 200.000 personas, sino que tienes al lado Madrid, es un crimen no ser más agresivo, en el buen sentido.

Se ven como  posible llave de Gobierno?

Esperemos. Nos gustaría. Ya lo hemos dicho, tenemos como prioridad que no llegue al gobierno ni la derecha extrema ni la extrema derecha, y ofrecemos en ese sentido desde ya nuestro apoyo, pero no es un apoyo a cualquier cosa, no queremos ser la muleta del PSOE. Queremos ser siempre exigentes con que se hagan políticas realmente que no sean de derechas ni conservadoras.

Priorizaremos siempre dentro de las posibilidades presupuestarias, lo social y sostenible. Nosotros no vamos a estar pensando en macroproyectos, por ejemplo el soterramiento del AVE, si no hay dinero y no hay antes una comunicación directa con un tren convencional y electrificado que nos lleve a Madrid en 50 o 55 minutos. Por ahí va a ir nuestro apoyo, siempre condicionado.

Manejan encuestas, número de concejales…

No, lo que hay es muy especulativo y poco fiable. Lo que sí hemos apreciado en alguno de los sondeos que han circulado, en redes sobre todo, es un aumento considerable de nuestra expectativa de voto desde que se supo que íbamos a ir unidos, desde febrero, hasta las últimas de finales de abril.

Según estas encuestas, Vox entra en todas las instituciones con más fuerza que en 2019.

Yo tengo muchas dudas  y muchas reservas. Creo ser suficientemente objetivo, no quiero confundir en mis deseos con la realidad. He notado en mi propio trabajo, con la gente más joven, alumnos de Bachillerato, que hay un componente de moda y que esa moda ya se ha pasado. Hubo un pico que ya ha pasado. Que aquí siga todavía, en el ámbito municipal y regional subidos en esa cresta, que puedan tener resultados interesantes, es posible, pero sinceramente creo que esto está por irse pasando. Porque cuando te enfrentas al terreno real, de las propuestas concretas, notas que detrás de la bandera, de la pose, que ya es bastante lamentable porque esa pose y ese juego testosterónico sobra y es muy caduco. Detrás en cuanto a proyectos reales no hay nada mucho más allá de lo que está incluido en la tradición conservadora democrática del Partido Popular. Es algo que va en declive. No sabemos en qué momento está la curva pero creo que será una cosa pasajera.